¿Qué es eso de victoria por un tubular?
Estos últimos días hemos asistido a un par de victorias de esas apretadas en las que la cámara de la foto finish tiene que trabajar a destajo para mostrar quién ha sido el ganador. En concreto me refiero a la victoria de Langeveld sobre Juan Antonio Flecha en la Omloop Het Nieuwsbald y la de Mateo Pelucci sobre José Joaquín Rojas en la Clásica de Almería.
Si leéis las dos noticias, os daréis cuenta de que además de que los dos españoles no acabaran de rematar la faena, hay otra cosa en común: en ambos artículos se dice que perdieron por un tubular. Para quien no esté muy familiarizado con el ciclismo vamos a explicar muy brevemente qué es esto del tubular. (A los más expertos os perdonamos que no sigáis leyendo…)
Los señores de Wikipedia definen tubular como “Un neumático que consta de una cubierta y cámara de aire completamente envuelta en la carcasa” Es decir, una cubierta con la cámara que van unidas y que a su vez se pega en la llanta, en vez de lo normal que suele ser tener una cubierta que se engancha a los flancos de la propia llanta. Es por tanto más complicado sufrir pinchazos, pues tiene menos superficie vulnerable, pero tienen el inconveniente de que si se pinchan es más costoso sustituirlas.
Dicho esto, un tubular varía en su anchura, pero por ejemplo el que añadimos en la foto (el Grand Prix 4000 Tubular de Continental) tiene 22 milímetros de ancho. Así que podéis imaginar lo apretada que es una llegada, cuando por ejemplo después de los 179,5 kilómetros de la Clásica de Almería la victoria se decide por medio tubular… unos 11 milímetros. Como lo que se mira es la parte del conjunto bicicleta-ciclista que primero cruza la meta, siempre es la rueda delantera la que primero rebasa la línea, y más concretamente la goma de la rueda….de ahí viene la expresión de ganar por un tubular, que muchas veces se hace cierta, porque la distancia puede entre un corredor y otro puede ser de un centímetro o dos.
Por El Aguador
