La Vuelta está al rojo vivo y nunca mejor dicho. El maillot de líder de la ronda española es el gran botín que, a estas alturas de carrera, pocos optan a conseguirlo con posibilidades reales. La etapa del miércoles, se antoja definitiva en esta puja entre el bravo bisonte español, Juan José Cobo, los ingleses del Sky, Froome y Wiggins, y quien sabe si alguno más, alejado a priori de los primeros puestos de la general, pero que con una carrera loca y una escapada de muchos corredores, podría amenazar a los principales candidatos a la victoria final.
Esto último es mucho menos probable, pero cuidado. Con el perfil sinuoso de la etapa y escapadas con muchos corredores como las que hemos visto días atrás, más de uno puede dar un susto a los primeros de la general. Para evitar esto deben trabajar los equipos tanto del líder, el Geox, como el Sky que está obligado a defender su segunda y tercera plaza en el cajón de Madrid.
La etapa comienza en las Bodegas Faustino, en plena Rioja Alavesa, y cuenta con 211 kilómetros hasta la llegada en el Alto de Peña Cabarga. Se trata de recorrido sinuoso, que cuenta con un puerto de tercera categoría en la primera parte del recorrido. En la segunda, se empina la carretera y los corredores tendrán que afrontar en los últimos kilómetros dos puertos, uno de segunda categoría, además de la llegada a Peña Cabarga, un puerto exigente, desde luego.
La subida a Peña Cabarga es una ascensión corta en cuanto a su longitud, son casi seis kilómetros; pero muy dura en lo referente a su desnivel. Tiene una pendiente media de casi un 9,5%. Los primeros tres kilómetros son duros y constantes, con un desnivel entorno al 10%; después entre el kilómetros 3 y 4 de subida hay un pequeño descanso, donde los corredores podrán “respirar un poco” para afrontar la parte más complicada del puerto; los dos últimos kilómetros cuentan con desniveles medios del 12 y 11% respectivamente, con rampas que llegan hasta el 19%.
Como veis Peña Cabarga es una subida corta pero muy empinada, es un puerto muy de la Vuelta, ya que a falta de largas ascensiones como Galibier, Mont Ventoux y otros colosos alpinos y pirenaicos, tenemos subidas muy empinadas como Ancares, Angliru o Peña Cabarga, que son tan bonitas e incluso más que las que hemos citado anteriormente. Al Tío del Mazo le gustan estas subidas, a los espectadores también y a la Vuelta le vienen de cine, porque con ellas recuperamos una parte de ese ciclismo épico y de la lucha entre el ciclista y el terreno que mejor encarnan a este bonito deporte.
De aquí a Madrid, los primeros puestos de la general deberían estar ya bien definidos y con pocas opciones de cambio, aunque tanto Geox como Sky deberían estar también muy atentos a las batallas que se desencadenaran en las etapas con final en Noja y Bilbao; plagadas de subidas de segunda y tercera categoría y un terreno complicado, que son camino abonado para las escapadas.
Por un Señor de Toledo
