Por un Señor de Toledo.- Saint Girons- Bagnères de Bigorre, con 168,5 km de recorrido, es la segunda y última etapa del Tour de Francia 2013 en los Pirineos, que este año no son en plato fuerte de la montaña de la ronda francesa, pasando así el protagonismo para sus hermanos los Alpes, en la última semana de Tour, donde se concentran las etapas, a priori, más duras y decisivas.
No obstante, estamos ante una etapa muy dura con cinco puertos puntuables, uno de segunda categoría y cuatro de primera. Terreno suficiente para romper la carrera, aunque hay un inconveniente y es que la etapa no termina en alto, desde que se corone la última cota del día en el Km 138 de etapa, todavía quedarán 30 kilómetros de descenso y terreno llano, que pueden suponer un freno para los favoritos. Parece más propicia para las escapadas, ya que con lo que queda de Tour, se nos antoja complicado que los grandes favoritos a la victoria final saquen toda su artillería en esta jornada.
La primera ascensión del día se coronará en el Km 28.5, el Col de Portet d’Aspet (1.069 m) con 5.4
km de subida y un desnivel medio 6.9%, es considerado de segunda categoría. Los corredores empezarán a abrir boca con este aperitivo, de lo que después les espera. Pocos kilómetros después, en el 44 de la etapa, está situada la cima del Col de Menté (1.349 m) con 7 km de ascensión y un desnivel medio del 7.7%. Esta ya es una subida de entidad, considerado como puerto de primera categoría y que, a buen seguro, empezará a marcar ya la carrera. Rápido descenso y un terreno lleno de subidas y bajadas les llevará hasta la siguiente subida del día y posiblemente la más dura que afronten en la jornada.
Se trata del Col de Peyresourde (1.569 m) que se coronará en el kilómetro 90 de la carrera y
que cuenta con 13.2 km de subida al 7% de desnivel medio. Obviamente, es de primera categoría y es una subida muy constante, con apenas dos descansitos y porcentajes muy constantes en toda la ascensión, que están alrededor del 8%. Descienden el Peyresourde e inmediatamente se encuentran con la siguiente subida.
Esta subida es la que corresponde al Col de Val Louron-Azet (1.580 m) que cuenta con 7.4 km de longitud, con un desnivel medio del 8.3%. Un puerto bastante más corto en su longitud que el anterior, pero con rampas más duras. En varios tramos de la subida los porcentajes superan el 10% de desnivel medio. Ya a estas alturas de carrera, la fatiga seguro que empezará a hacer mella en los corredores y podría ser un buen lugar para dinamitar la etapa, si algún valiente de los que cuentan para la general, decidiera aprovechar los desniveles de esta subida para lanzarse en solitario en busca de la línea de meta.
La última cota montañosa de la etapa se coronará en el kilómetro 138 de la etapa. La Hourquette d’Ancizan (1.564 m) son casi 10 km de subida al 7.5% de desnivel medio. Es un puerto en el que las rampas más duras están en la parte inicial de la ascensión con desniveles del 10%, al final el porcentaje baja bastante hasta situarse en el 6%. De ahí hasta la meta restarán 30 kilómetros, incluido el descenso del puerto. Aquí radica el principal inconveniente para que los favoritos desaten su furia, ya que se antoja una distancia larga para rodar escapado, pero desde luego, todo es posible.
