Por Techo Díaz.- Cumbres Verdes deja la Vuelta al rojo vivo. Hoy no se ha decidido absolutamente nada, pero hemos podido ver una de las etapas de ciclismo más bonitas de los últimos tiempos. Por varias razones. Por el recorrido, que era atípico y diseñado por y para el espectáculo, y por algo que para bien o para mal sólo es capaz de hacer un corredor como Alejandro Valverde.
Traten de hacer memoria. Desde hace mucho tiempo al llegar a un puerto se corre de la siguiente manera. Un corredor, por lo general compañero de equipo del líder o del favorito a ganar ese día, impone un ritmo demencial para hacer una selección en el pelotón, que queda reducido a unas pocas unidades. En ese momento, reventado, se aparta del grupo, dejando la responsabilidad a su líder o a los otros gallos de la carrera.
En el raro y recto puerto de Cumbres Verdes, Alejandro Valverde ha cumplido a la perfección la primera parte del guión. Ha tirado hasta destrozar el grupo y dejarlo en 9 unidades, eliminando a hombres como Talansky y Dani Martin. Pero no ha reventado. Cuando el incansable Purito Rodríguez ha saltado en pos de la victoria le ha seguido, le ha rebasado, le ha sprintado y se ha llevado la victoria y el jersey rojo de la Vuelta. Entre ambas secuencias no ha habido apenas descanso.
Cierto que los 4,6 kilómetros de La Zubia no son el Tourmalet, pero también es cierto que el lorenzo aprieta que da gusto, y que el murciano ha dejado atrás a los mejores ciclistas del mundo. Porque, casualidades de la vida, Chris Froome y Alberto Contador no están en el Tour, sino en la Vuelta, y han venido a disputarla, como demuestra el hecho de que hayan quedado segundo y tercero en la etapa en la que, definitivamente, se han quitado la careta.
La etapa de hoy, o mejor dicho, el final de una etapa que por lo demás sólo ha tenido el valiente intento del mallorquín Mas Bonet por seguir haciendo la Vuelta de su vida, ha sido precioso. Por lo raro de la situación. El cortafuegos de casi 5 kilómetros ha seleccionado al grupo como no osaría hacerlo un convencional puerto de montaña con curvas. Eran 5 kilómetros, pero eran a muerte, y no ha faltado la emoción.
Y lo mejor es que, pese a la brillante victoria del murciano, no hay absolutamente nada decidido. La general está al rojo vivo. Confirmado ya que Thibaut Pinot ha venido a España a probar los molletes de Antequera, cinco hombres parecen ahora los verdaderos candidatos a portar el rojo donde verdaderamente importa, en las calles de Santiago de Compostela.
La buena noticia para el aficionado es que son los cinco ciclistas más aguerridos del planeta. Con permiso de Nibali, que por méritos más que demostrados merecería estar en lo que con él sería una doble terna. Y ojo, que no estoy diciendo los mejores. Estoy diciendo los más aguerrridos, los más dispuestos a atacar, los más comprometidos con el espectáculo y la afición. Hace dos años tuvimos la ocasión de ver un duelo similar por tierras españolas. Froome se desinfló luego, pero en la primera semana de la Vuelta de 2012, Purito, Contador, Valverde y el inglés se atacaban en cada cuesta que se les cruzaba por el camino y así fue hasta que el no va más de la osadía, un ataque en Fuente De trocó el destino a favor del pinteño.
Fue una Vuelta preciosa. Sin desmerecer a Peraud, pero nada que ver con el Tour de este año. Dos años después volvemos a repetir duelo, con un añadido: el colombiano Nairo Quintana. Hoy ha perdido 12 segundos en un final en rampa, pero está segundo en la general. Y en mi opinión sigue siendo el gran favorito por una cuestión matemática, si hay cinco cracks y dos son del mismo equipo el triunfo debería ser para un Movistar Team.
Todo ello sin desmerecer a Chaves, Fabio Aru, Dani Martin, Warren Burguil y el incombustible Robert Gesink. Rigoberto Urán lo va a tener difícil con tan poca crono y Talansky ya acabó su temporada en el delfinato. Pero bueno, esto es ciclismo. Igual Cadel Evans se mete en una escapada bidón y gana la Vuelta para hacer rabiar a Chris Horner.
Veremos en que queda todo esto. La vuelta se puede hacer larga (o corta) para Froome y Contador, tocados por caídas en el Tour. Pero hay algo que les honra y es que, mientras estén, darán espectáculo. Igual que Purito, Quintana y un Alejandro Valverde que siempre ha firmado sus mejores actuaciones en la Vuelta. No nos olvidemos, es murciano. Le va el calor y le va correr sin presión. Y este año se dan todas las circunstancias.
