Por un Señor de Toledo.- Si hace unos días hablábamos sobre la manifiesta y hasta casi insultante superioridad de Miguel Indurain sobre sus rivales en la lucha contra el crono, hoy vamos a recordar otro gran momento del ciclismo español, más terrenal y con el espíritu de lucha como protagonista. Como no podía ser de otra manera, estamos hablando de Perico Delgado, el hombre que junto a Miguel Indurain, todos coinciden en señalar como el gran impulsor del ciclismo en España en los años 80 y 90. El estilo de Perico era muy propio, era un ciclismo que enganchaba, de pundonor, de lucha constante y, sobre todo, mucho más terrenal que las exhibiciones que hacía Indurain. Era un ciclismo que te hacía vibrar, que te levantaba del asiento con la idea de dar más ánimo y fuerzas al segoviano para alcanzar sus metas. Era una forma de correr totalmente diferente a la de ‘Miguelón’, lógicamente, porque las condiciones de Perico y las características como ciclista también eran muy distintas.
Cuántas tardes hemos estado pendientes de aquel joven segoviano, ese chico de aspecto amable, sonriente, con rostro de viveza y audacia… Cuántas alegrías nos ha dado… Al igual que también nos ha hecho sufrir con una forma de correr en la que era muy difícil el saber si estaba bien, si estaba mal, o estaba disimulando… Sin duda, un grande del ciclismo mundial, el hombre que era capaz de lo mejor y también de llegar tarde a la disputa de una crono… por ejemplo; era Perico Delgado y así le queremos y le admiramos. El Tour de Francia de 1988 fue sin duda su gran momento como ciclista, su triunfo más laureado y recordado, que ponía fin unos largos 15 años en los que el ciclismo español no tuvo ningún ganador de la ronda francesa, después de que Luis Ocaña lo hiciera en 1973. Después de rozar la victoria en 1987, al año siguiente, Pedro Delgado se puso el Tour como gran objetivo y se vio capaz de ganarlo y supo que tenía lo necesario para alzarse con el maillot amarillo en París. En ese Tour del 88, ‘Perico’ se mostró el más regular durante los primeros días de competición, y una vez que llegó su terreno, en la primera etapa alpina, consiguió ya distanciar a algunos rivales importantes de cara al triunfo final. Pero es sin duda, en la 12ª etapa, con final en el mítico Alpe d’Huez, y tras la cual el ciclista segoviano salió con el maillot amarillo, sería la que marcaría el rumbo de la grand boucle de ese año. Como colofón a las etapas de los Alpes, Pedro Delgado volvió a exhibirse en la siguiente etapa, una contrarreloj en la que terminó de sentenciar a los pocos rivales que le quedaban, especialmente los colombianos Herrera y Parra. Después, la prensa internacional reconoció la superioridad del corredor segoviano en aquel maravilloso Tour de Francia para todos los aficionados españoles. De ahí al final de la carrera en París, Perico ya no cedería el liderato.
Son muchos los momentos del bravo corredor segoviano que podíamos recordar, pero me he quedado con este momento tan simbólico, en el que se vistió de amarillo y además en una cumbre de las míticas dentro de la ronda francesa y en el ciclismo a nivel mundial. Aquí os dejamos el vídeo de esa jornada y la tensión vivida en esa gran jornada de ciclismo, en la que Perico desbancó del liderato a Steve Bauer, y que a la postre, sirvió para coronar a uno de los ciclistas que más espectáculo han sabido dar en este deporte:
