Se trata de una prenda esencial con distintas funcionalidades, entre ellas mantenerse a una temperatura adecuada según el clima, ayudar a tener mayor confort y proteger del frío los días con temperaturas más bajas. Sin embargo, también es esencial que sea reflectante, ya que de esta manera serás visto durante cualquier hora del día. El objetivo principal de los chalecos es parar el viento. Es decir, se encargan de frenar el viento y que no sea una molestia para el ciclista.
Preguntas frecuentes sobre chalecos de ciclismo de hombre
¿Cómo usar un chaleco de ciclismo de hombre?
La polivalencia de los chalecos cortavientos depende de cómo los usamos y con qué los complementamos. Saber cuándo quitarse o abrirse el cortavientos es algo muy importante.
Utilizar un cortavientos junto a unos manguitos nos da opciones que otras prendas no nos ofrecen. Si un ciclista lo abre, le permitirá refrigerar el motor y poder ir quitando los manguitos primero y más tarde el chaleco cortavientos, o al revés. De esta manera el deportista podrá adaptarse al calor propio o externo.
¿Cómo tengo que cuidar mi chaleco de ciclismo?
El chaleco es una prenda esencial para el ciclista, por lo que hay que tratarla con cuidado para que no se estropee con el tiempo. Seguir una rutina de cuidado a la hora de limpiar la vestimenta es una parte clave para el cuidado de tu chaleco.
Cuando laves el chaleco, asegúrate de que no hay otras prendas, pues puede dañarlas. Recuerda girar el chaleco al revés antes de ponerla en la lavadora. De hecho, también puedes lavarlo a mano. Sea como sea, no uses productos que se laven en seco, ya que acabarán dañando el tejido. Es importante que lo laves en agua fría (menor a 30 grados) para que los beneficios térmicos no se pierdan o incluso la propia pieza no se encoja.
Es esencial no centrifugar el chaleco en la lavadora y no lo planches, pues también se puede dañar. Recuerda que debes evitar lejías, blanqueadores o suavizantes. Usa básicamente jabones líquidos o neutros. Por último, no uses la secadora. Es mejor que se seque de forma natural, pero sin que le dé el sol.