Por Techo Díaz.- Existe un 0,001221% de posibilidades de pillar a una vaca con clembuterol en el País Vasco. Así el menos se desprende de la documentación que se ha manejado en el juicio contra Alberto Contador concluido recientemente en Lausana, según los datos que aporta Josu Garai en un artículo de Marca.
Así, en 2007 se analizaron 97 reses en la comunidad autónoma vasca, cifra muy inferior a las 8.586 reses que habrían sido necesarias para garantizar la seguridad alimentaria y poder prometer a viento y platillo que ni una sola de las vacas que se consumen en el País Vasco haya sido artificialmente engordada con clembuterol.
Pero es que además hay que tomar en cuenta otra posibilidad: que el famoso solomillo que transforma al hombre en máquina gracias a sus picogramos de clembuterol pudiera no ser de procedencia española. En 2008, según datos oficiales, se consumieron 321.971 toneladas de vacuno en España, de las que 101.809 toneladas, el 31,6%, era importada. Casi una tercera parte del total.
Es exagerado hablar de una posible alerta alimentaria, pero también lo es proclamar que en Euskadi y en España se hace todo escrupulosamente de acuerdo a la ley. No es toro todo lo que reluce.
Sin ir más lejos, el artículo de Marca revela la existencia de un positivo en los controles alimentarios durante el año 2009, que ahora todo el mundo parece querer ocultar. Se trataba de carne procedente de otra comunidad, sacrificada en el País Vasco, con tasas de clembuterol más altas de lo permitido. Y para eso están los controles -los que hay- para detectar irregularidades y combatirlas.
Ni hay que dejar de comer filetes ni hay que crear ningún tipo de alarma, pero tampoco parece justificado llenarse la boca asegurando que en Euskadi no ha habido ningún filete con clembuterol desde 1999 y, sobre todo, acusar a los medios de comunicación de crear y manipular una historia con el fin de defender a Alberto Contador.
A Contador ya le defienden sus abogados, que para eso les paga. Los medios, en la medida que pueden, aportan documentación para apoyar con hechos sus informaciones y en algunos casos lo hacen bien. Es entonces cuando molestan, y se convierten en buenos periodistas.
El mundo del filete y el del ciclismo están condenados a entenderse. Ni en España hay crisis alimentaria ni es del todo improbable que se haya podido colar una pieza con ridículas cantidades de clembuterol. Y si, en cualquier caso, esto sirve para que se intensifiquen aún más los controles sanitarios a la carne de vacuno, bienvenido sea todo el asunto de Contador, la UCI, el Tour de Francia y el bendito solomillo. Que en mi estómago descanse.
