Por Techo Díaz.- La noticia ha caído esta mañana en Twitter como una bomba, no tanto por ilógica sino por inesperada. Según un periódico de Luxemburgo, Andy Schleck no correrá el Tour de Francia de 2012. Al parecer, la caída durante la crono de la Dauphiné le ha dejado tocada una vertebra, más de lo esperado.
Eso unido, al bajo estado de forma que había venido mostrando a lo largo del año y al trazado de 2012, pensado especialmente para contrarrelojistas, podrían haber hecho al menor de los Schleck replantearse la temporada, lo que no dejaría de ser, por otra parte, tremendamente inteligente. A las 16 horas, RadioShack y el propio Andy han convocado una rueda de prensa en la que, a tenor de todos los rumores, confirmará este punto.
Y lo cierto es que es punto es un punto que haría justicia a los verdaderos apasionados a este deporte, que podrían ver un duelo en todo lo alto (nunca mejor dicho) en la Vuelta Ciclista a España, que sí presenta este año un recorrido sustancialmente montañoso. Porque, desengañémonos, entre ver un duelo a muerte entre Alberto Contador y Andy Schleck en el Cuitu Negro o en la Bola del Mundo y una soporífera contrarreloj de 50 kilómetros entre Bradley Wiggins y Cadel Evans en el Tour de Francia creo que no soy el único que tiene clara la elección.
Está claro que el Tour es el Tour. Siempre ha sido y será la carrera más grande de la historia. Pero en los últimos años, tanto el Giro como la Vuelta han hecho un gran esfuerzo por presentar recorridos atractivos y competitivos, y si algo les ha distanciado de Le Grande Boucle ha sido únicamente la participación. Si por azares de la suerte o de la UCI este año se juntan en la Vuelta los dos corredores más conocidos y admirados del pelotón internacional, los dos con la temporada en blanco y dispuestos a darlo todo va a ser algo digno de enmarcar. Va a ser la carrera más grande del mundo, y si no que se lo pregunten al Tío del Mazo, que desde hace media hora se está frotando las manos ante la que se avecina en suelo patrio…
