Por Techo Díaz.- Que el ser humano es extraordinario ya lo sabíamos por los anuncios de Aquarius, y que es imprevisible, impredecible y capaz de todas las locuras geniales, y de levantar catedrales con sus manos en Mejorada del Campo y todo eso. Pero aunque lo sabíamos no deja de sorprenderme el ingenio con el que a veces algunos humanos, como el coreano Shin Hyung Sub Shin, de nombre capicúa, obsequian de vez el cuando al más común de los mortales.
Porque no se trata sólo de una maleta que, al más puro estilo Transformer, se convierte en bicicleta, sino que además mola. Mola mazo. Algunos pinitos ya se habían hecho en este campo, pero este nuevo invento, mucho más visual y atractivo que sus predecesores promete revolucionar el mundo de los aeropuertos. Al fin y al cabo cuántas veces no hemos soñado, mientras caminamos por el largo camino que separa la estación de metro del Aeropuerto de Barajas de la Terminal 1, lo bonito que sería poder ahorrarte esos cinco minutos que te hacen llegar con miedo de perder el avión o que te obligan a tener que ponerte el último de la fila.
Pues todo eso, señores, puede ser una realidad gracias a Carrier Bike, una maleta que en un pis pas se transforma en bici, o viceversa según las necesidades. Es posible que por sus dimensiones no nos la dejen embarcar en Ryanair como equipaje de mano, pero todo es cuestión de tiempo, y de que se popularice. Porque no se me ocurre mejor manera para pasar las horas muertas en un aeropuerto que montar en maleta, o en bici, que gracias a este invento viene a ser lo mismo.
Cierto que los aeropuertos aún no están preparados para ello. Tendrán que irse modernizando e incluir carriles bici (o carriles maleta, depende de la terminología que se imponga) en las terminales y yo abogaría, por lo menos en los de mayor tamaño, por instalar un velódromo para los pasajeros afectados por retrasos, huelgas y cancelaciones. Opcional duchas también, que los pasajeros no aficionados al maletismo (o ciclismo, si se mantiene el viejo término) no tienen porque sufrir los olores de los esforzados deportistas.
Pero lo que sí está claro es que, más allá del diseño, que es un auténtica chulada como podéis ver en las imágenes siguientes, las bicis que se transforman en maleta son, además de una ida de olla tremendamente divertida, un artilugio al que habrá que tener muy muy en cuenta en los próximos años. Y ojo, que nadie piense que Corea está muy lejos y eso no va a llegar nunca a nuestros aeropuertos. Las discotecas están llenas de occidentales que pensaron que nunca bailarían el gangnam style.
