Por el Aguador – Catorce de julio, los Alpes, un previsible calor de justicia, la etapa más larga con 242 kilómetros y un final durísimo en uno de los puertos más complicados del Tour, el Mont Ventoux, cuyo perfil y altimetría pueden darle más de un susto a alguien. El domingo tendremos una de esas etapas en la que, si los ciclistas plantan batalla podremos disfrutar de un grandísimo espectáculo.
La etapa comienza calentando las piernas de los ciclistas con tres pequeñas cotas de cuarta categoría en los primeros 45 kilómetros: Eyzin-Pinet, con 3,1 kilómetros de subida al 4,9 por ciento; Primarette con 2,6 kilómetros al 4,1 por ciento y el Côte de Lens-Lestang con 2,1 kilómetros al 3,8 por ciento. Se puede pensar que el comienzo de etapa es algo similar al del otro día en Aux 3 Domaines cuando Sky mostró su debilidad y dejó solo a su lider al principio de la etapa, pero aquí tenemos muchos kilómetros más hasta la ascensión al Mont Ventoux que harán que sea difícil que se repita la situación.
En el kilómetro 143, (80 antes del Mont Ventoux), se sitúa la cima de la cota de Bourdeaux, con 4,2 kilómetros de subida y una pendiente media del 5,7 por ciento.
Cuando los ciclistas hayan rodado 221 kilómetros y lleguen a la localidad de Bedoin, afrontarán las primeras rampas de la subida a Mont Ventoux, puerto calificado como Hors Categorie (fuera de categoría), y que tiene en total 20,8 kilómetros de ascensión con una pendiente media del 7,5 por ciento.
La ascensión comienza suave, con rampas máximas del 5,8 por ciento antes del kilómetro 5. En ese punto la cosa se complica y en los siguientes cuatro kilómetros la pendiente media oscila entre el 8,8 y el 10,6 por ciento. Un buen lugar para atacar si alguien quiere obtener diferencias y se encuentra con las fuerzas necesarias, puesto que salvo en el kilómetro 16 cuando hay un leve descanso (si a una pendiente media del 5,5 por ciento se le puede llamar descanso), los últimos kilómetros también son de aupa. Sin ir más lejos, los últimos dos antes de coronar y de meta van al 9,5 por ciento los dos.
Ojalá veamos a un Contador valiente (y fuerte) atacando desde abajo en una de esas gestas que él es capaz de hacer, o a Valverde o Purito sacando partido de sus finales explosivos rompiendo la etapa en los últimos kilómetros para darle un buen susto a Froome.
