Por El Aguador – Desde tiempos ancestrales, el hombre siente cierta inquietud por ver cómo explotan las cosas o qué les sucede si se les pone un cohete. Así comenzó la costumbre de meter cosas en el microondas para que reventaran y también la carrera espacial en un momento en que las dos súperpotencias rivalizaban por ver quien podía enviar una nave más alto.
Como aquí hablamos de bicis y no queremos saber nada de bicicletas explotando (aunque algún cretino haya usa bicis-bomba), vamos a hablar de unos tipos que le han acoplado un cohete a una bici para llegar a los 295 kilómetros por hora. Se trata de un equipo patrocinado por la marca de relojes Hublot, que el pasado 7 de octubre se dieron cita en una pista en Interlaken (Suiza) para batir el récord alcanzado por un hombre sobre una bicicleta.
El cohete en cuestión usa como combustible el peróxido de hidrógeno, y la pista donde se logro el récord es de 790 metros, de los cuales usó 350 menos para acelerar y el resto para frenar. El piloto, un conductor de autobuses llamado François Gissy, alcanzó la velocidad máxima de 295 kilómetros a los 6,7 segundos de comenzar.
