Por un Señor de Toledo.- Como en todas las facetas de la vida, el paso del tiempo marca el momento de unos y también que el de otros ya ha quedado atrás. El relevo generacional y la irrupción de nuevos exponentes es directamente proporcional a la caída de otros, de los que dominaron el ayer. No estamos hablando de algo fulminante y que de un día para otro se pueda percibir, no; pero sí de un cambio de tendencia que, poco a poco, se va afianzando para finalmente imponerse. Es así, es ley de vida y el ciclismo no es ninguna excepción.
Aunque nos pese, aunque todavía tengan algo o mucho que decir corredores de la talla de Contador, Valverde o Purito; que son los que más nos tocan, por las lógicas implicaciones de nacionalidad; el cambio de generación está en marcha. Wiggins, Cancellara, Boonen, Gilbert, Greipel, Gerrans, Basso y otros tantos que lo han significado todo y han ganado un poco más aún, están cediendo su cetro en este deporte. Paso a paso, porque casi nada sucede en un instante, salvo el Big Bang, una nueva hornada de corredores están tomando el relevo de los más grandes. Ley de vida, mazers.
Está llegando el momento de aquellos jóvenes nacidos a finales de los 80 y principios de los 90. Chicos que cuando se subían a una bicicleta o competían en sus primeras carreras soñaban con llegar a ser, algún día, como los ciclistas que antes hemos citado. Son la nueva generación de corredores que, inexorablemente, tiene que coger el testigo de sus ‘hermanos mayores’.
Los Kwiatkowski, Quintana, Aru, Degenkolg, Kristoff, Gallopin, Wellens o Arredondo; por citar algunos de los más significativos, han pasado de ser promesas a formar parte de los gallos del gran gallinero… A tenor de los resultados obtenidos esta temporada, podemos confirmar que el relevo generacional está en pleno apogeo, que la batalla por los puestos de honor en el ciclismo está servida… Sin temor a equivocarnos, sabemos que éstos últimos, los más jóvenes, más pronto que tarde, acabarán venciendo. Es ley de vida y por lo tanto, ley del ciclismo.
Este inicio de temporada de 2015 ha puesto de manifiesto, entre otras cosas, que el relevo generacional está produciéndose y los que antes llamábamos promesas, han pasado a ser realidades en firme y están desbancando del trono a los veteranos, a los más laureados ciclistas de la actualidad. Muchos de estos jóvenes corredores ya son grandes campeones y aspiran, en muy poco tiempo, a ser los mejores y los nuevos ‘capos’ del ciclismo, sino no lo san ya algunos de ellos…
Las clásicas de primavera de esta temporada están sirviendo para plasmar, más que nunca, esto que os estamos contando. Es cierto que quedan las grandes citas de las carreras de tres semanas y que en éstas (Giro, Tour y Vuelta) se espera mucho de los ‘viejos roqueros’, pero mucho ojo, que los jóvenes están decididos a cambiar su roll y desbancar a los que un día fueron sus ídolos.
