La iniciativa se llama AirDonkey, y la han creado los daneses Donkey Republic. (Dinamarca y su amor a las biciclestas, qué envidia!)
La idea es bastante sencilla. Al igual que la gente ya comparte sus coches o sus casas por ejemplo con Uber o con Airbnb, AirDonkey sugiere que cualquiera pueda compartir (alquilar), sus bicicletas utilizando un candado Bluetooth.
Es un sistema flexible que permite al dueño registrar su bicicleta en el sistema cuando no la está usando simplemente candándola en un lugar público. El dueño de la bicicleta puede decidir cuando la saca del sistema si necesita usarla. La plataforma de AirDonkey no necesita ningún tipo de interacción entre el dueño y el usuario, quien simplemente se encuentra la bicicleta en la calle después de buscarla a través de la aplicación del móvil, abre el candado usando su smartphone y paga una cantidad por su uso a través del mismo teléfono. Los creadores de la aplicación se quedan una cantidad (20 por ciento) y el resto del dinero de este alquiler pasa al dueño de la bici.
El sistema ya ha sido probado con éxito en Copenhague, donde ha demostrado que la tecnologÃa y el modelo funcionan.
La tecnologÃa no requiere que se utilicen estaciones base, en vez de eso, los usuarios crean zonas virtuales con la aplicación, dentro de las cuales los usuarios pueden devolver las bicicletas cuando acaben su uso. Al devolverla, el usuario hace una foto de la bici y ya está lista para su próximo uso.
Una persona que quiera incluir su bici en el sistema, lo que sà tendrá que hacer es una pequeña inversión inicial para comprar un candado de AirDonkey, que luego será el que se encargue de mandar al sistema los datos de la bicicleta cuando se vuelve a candar para que el dueño sepa que su bicicleta ha sido devuelta y por tanto cobre por su uso.
De momento el sistema está en fase de financiación, pero lo interesante es que anticipa una posible realidad de bicicletas compartidas. Eso sÃ, ha funcionado en Dinamarca, pero en España ya sabemos que dejar una bicicleta en la vÃa pública es un acto de fe gracias a la enorme cantidad de vándalos y ladrones que probablemente no las respetarÃan.
