Por Techo DÃaz.- Fue una de las imágenes del dÃa y lo será de la temporada. Y de la historia de esta centenaria carrera. La cara de susto de Mathew Heyman al ganar una de las clásicas más duras a un mito del pavés como Tom Boonen es ya parte de la historia de este deporte.
Espero que la pudiesen ver en directo, pero de no ser asÃ, aquà les dejamos un video que lo dice todo. En 16 segundos. La cara de un hombre que salÃa a montar en bici y acabó tocando el cielo.
https://www.youtube.com/watch?v=1KtQlX7sSaY&nohtml5=False
Ni se lo cree. Batir en Roubaix al mejor hombre en la historia de carrera es mucho premio para digerirlo de golpe, y más tras 257 kilómetros de carreteras y adoquines y casi seis horas encima de la bici. Su gesto, vean otra vez el video, no es ni tan siquiera de alegrÃa, sino de conmoción. De susto. Como diciendo “la he liado parda”.
Y yo con estos pelos, debió pensar el bueno de Hayman tras cruzar la meta, hacer llorar a toda Bélgica (excepción hecha de Roger de Vlaemink) y ganar la carrera de su vida. Triunfo más que merecido para un gregario que llevaba tantos kilómetros escapado que ni siquiera soñaba con la victoria. Y menos al sprint ante monstruos como Boonen, Stannard, Boasson Hagen y Vanmarcke.
Que hubiese ganado Boonen habrÃa sido la leche, pero que ganase Hayman también es bueno para el ciclismo. Porque este deporte vive de mitos, pero también de gregarios. De Zidanes y Pavones, que se dice en otros lares.
De Hayman, ese gran desconocido para el público generalista, poco sabÃan hasta ayer la mayorÃa de los mortales, pero es un corredor como la copa de un pino. Lanzador de Óscar Freire en Rabobank durante gran parte de su carrera, en la carretera ha dejado gestos como éste que rescatamos de YouTube: obsequiando a los aficionados con un caballito en la Vuelta a España de de 2015, en las rampas de Caminito del Rey.
