Por Techo Díaz.- En apenas 7 días arranca una nueva edición del Tour de Francia, el mayor espectáculo ciclista del mundo. Con retransmisiones larguísimas por TV, siestas veraniegas y mucha emoción por delante, pues los organizadores han diseñado un recorrido anti-Froome en toda regla, algo que nos parece genial incluso a los que no tenemos nada en contra de que gane el africano. El recorrido, está lleno de etapas-trampa con final en descenso, mucha montaña y poca contrarreloj, algo que en teoría debería beneficiar a corredores como Romain Bardet y Nairo Quintana. Pero las cosas no siempre son como se diseñan. Analizamos las opciones de los principales favoritos a la victoria.
Chris Froome
Y sin embargo, Christopher Froome vuelve a ser el gran favorito a la victoria. Arropado otra vez por un potentísimo equipo donde se congregan los mejores escaladores del mundo (Nieve, Landa, Henao) y los mejores rodadores del mundo (Thomas, Rowe, Kiriyenka), la estrella del Sky genera sin embargo más dudas que en ediciones anteriores. Falta su victoria en Dauphine.
O en general alguna victoria, ya que esta temporada se le ha visto menos que en años precedentes. Quizás por eso, las casas de apuestas le siguen dando como favorito pero con un escaso margen de referencia sobre su ex-compañero Richie Porte. Nosotros no coincidimos en ese análisis. Este año no habrá ganado, pero le hemos visto bajar en Dauphine como los ángeles y subir con los mejores sin aparentes problemas. ¿Un poco más flojo en la contrarreloj? Tal vez sí, pero es que este año no hay cronos. Sólo 36 kilómetros en total: una de 13 y otra de 23.
Así que Froome este año a lo que se ha dedicado es a mejorar la bajada. ¿Qué meten un Tour con muchos descensos? Pues me convierto en el mejor del mundo bajando. Y si a eso sumas la credibilidad de haber ganado tres tours de francia y que rara vez falla en el mes de julio tenemos al que, a mi juicio, es otra vez el máximo favorito para ganar el Tour de Francia.
Richie Porte
Muy bien considerado por las casas de apuestas, el australiano es para muchos el gran rival de Froome para la victoria final. Razones no faltan: ha hecho una temporada estupenda, tiene un buen equipo y una piernas prodigiosas. Pero sin llegar a los niveles de Tejay Van Garderen, los que llevamos años viendo ciclismo estamos hartos de ver cómo las quinielas le sitúan en lo más alto y el Tío del Mazo en lo más bajo. Hasta la fecha, siempre ha tenido un día malo en una grande y no sería descabellado que le vuelva a pasar. El Tour es muy duro y muy largo, y nada tiene que ver con las carreras de una semana.
Estará sin duda entre los primeros, y hasta puede incluso ponerse de amarillo, pero es más que probable que se le haga largo el invento. Personalmente, lo veo fuera del podio.
Nairo Quintana
El colombiano hipotecó su temporada a hacer doblete en el Giro y en el Tour, o al menos a ganar el Giro, y no le ha salido bien. La lógica dice que pagará su esfuerzo en la Grande Boucle, pero aún con esas será difícil sacarle del podio, en el que tiene plaza fija desde que se conocieron, allá en 2013. Incluso lo consiguió el año pasado, estando a medio gas. Hay que ser muy hombre para echar a este tipo del cajón de París.
Con todo, sus opciones para ganar, que existen, pasan por una carrera loca llena de formigales donde el Sky no tenga el control de la carrera. Y por correr sin presión, que es cuando se crece. Esta vez no va como favorito.
Alberto Contador
El de Pinto ganó su primer Tour en 2007, y estamos en 2017. Si lo vuelve a ganar habría que hacerle un monumento en bronce a tamaño gigante en la plaza de Colón. Al fin y al cabo, el genovés solo descubrió América.
Al Poulidor del año (lleva acumulados más segundos puestos que el Sagan prearcoiris) ya casi nadie le tiene en cuenta en las casas de apuestas. Pero cuando intente arrancar nadie le va a dar un metro de margen. Froome le tiene más miedo a él que a Quintana, así que ese va a ser su principal hándicap. Es difícil sorprender cuando eres el tocapelotas oficial del pelotón y te tienen más visto que al león de la metro. Y si no puedes ganar por fuerzas atacando a dos kilómetros de meta, solo te queda una: pillar a todos en un renuncio. ¿Imposible? Seguramente sí, pero ya lo ha hecho otras veces.
Romain Bardet
Otro desahuciado por las casas de apuestas, que lo sitúan como el octavo candidato en liza, por detrás de Aru o de Valverde. Nada más lejos de la realidad a mi entender. El francés corre en casa, tiene un equipo potente y se crece en la tercera semana del Tour.
Quizás las piernas no le han acompañado en lo que llevamos de temporada, pero es ahora y solo ahora cuando las necesita. Su objetivo es el Tour y su forma de correr es la escapada. Previsiblemente pierda tiempo al principio de la ronda y lo vaya recuperando a medida que otras lo vayan perdiendo. Un Porte invertido, vamos.
Jakob Fulgsang
Todo mundo habla del danés porque ganó la Dauphine. Y no hay que restarle mérito a la cosa. Se la quitó a los grandes gallos de la ronda, a esos que no les gusta perder ni a las canicas ni dejarse llevar en las carreteras.
Pero de ahí a ganar el Tour de Francia media un abismo. En Dauphine ganó con sus piernas, pero también aprovechándose del marcaje en los principales favoritos. Tontos no son y ya habrán aprendido la lección y se lo pensarán dos veces antes de dejarle unos metros al de Astana. Con todo, está llamado a ser uno de los grandes protagonistas de este Tour, en comandita con su compañero Fabio Aru. Atacando de manera coordinada pueden hacer mucho daño a los favoritos y, quien sabe aprovecharse de algún descuido para, uno u otro, colarse entre los primeros de la general.
Alejandro Valverde
En vez de cumplir años los pierde. Y está haciendo la temporada de su vida. Pero pensar que puede ganar el Tour, cuando viene a trabajar para Quintana, es una osadía y una ilusión nada recomendable. Tendrían que pasar muchas cosas para que fuese candidato al podio o a la victoria final, y ahí entran caídas, abandonos, alineación de planetas, escapadas-bidón…
Si todo esto no ocurre, la duda es si veremos a un Alejandro luchando por el quinto puesto de la general -algo a su alcance- o luchando por etapas alpinas o pirenaicas, un poco al estilo de Landa en el pasado Giro. Capacitado está para ambas cosas.
Los outsiders
Quedan otros hombres que no parten entre la parrilla de favoritos pero que pueden hacer un buen Tour, alcanzando incluso algún cajón del podio. Lo que no será ninguna sorpresa es que, como cada año, aparezca un corredor sorpresa.
Ahí están por ejemplo los corredores del Orica. Por su irregular 2017 nadie apuesta un duro por Esteban Chaves o Simon Yates, pero tienen clase de sobra para colarse entre los mejores. También Rafal Majka, que ya ha ganado en Eslovenia, puede hacer un digno papel. Y ojo a Louis Mentjes, joven y brillante, en constante progresión. Ion Izagirre tendrá una responsabilidad grande como jefe de filas del Bahrein, pero ya el año pasado ganó la etapa reina del Tour…
Luego están los segundos de a bordo que podrían brillar si a su jefe le pasa algo: Thomas, Landa, Mollema…
¿Cómo acabará todo esto? Nada de lo que podamos escribir ahora servirá para nada. Lo bueno es que ya no queda nada para que el pelotón empiece a rodar y la carretera ponga a cada uno en su sitio…
