La etapa novena del Giro de Italia de 2018 se disputará el próximo domingo 13 de mayo con un recorrido de 225 km y tres cotas de montaña y final en alto, en el Gran Sasso d’Italia, un puerto muy largo catalogado como de primera categoría.
Estamos ante una etapa muy larga en lo referente al kilometraje y que va a suponer un gran desgaste para los ciclistas. La primera parte de la etapa es relativamente llana con la única excepción de la subida al Roccaraso, de segunda categoría. Lo más duro se concentra en los últimos 50 km de etapa, todos ellos prácticamente cuesta arriba, que se dividen en dos subidas encadenadas; la primera hasta Calascio y la segunda hasta la llegada en el Gran Sasso d’Italia.
Calascio (15 kilómetros y rampas del 10%) y al Gran Sasso d’Italia (26 kilómetros al 3,9% y rampas de hasta el 13% justamente en la parte final). Un magnífico domingo para disfrutar del ciclismo de altura y nunca mejor dicho porque la carrera llegará a superar los 2.000 metros de altura.
Una etapa que supondrá un gran desgaste para los corredores y en la que veremos movimientos de los favoritos, es un día en el que quien quiera y se atreva a diseñar una carrera dura y agresiva, puede sacar tajada… Desde luego terreno para la estrategia hay. Dos datos a tener muy en cuenta, los 225 km de etapa, es un día para fondistas; y la llegada a más de 2.000 metros de altura, terreno de escaladores puros.
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