Hay estudios para todos los gustos y colores. Y claro, te los puedes creer o no, porque si te hablo del Journal for Environmental Psychology seguramente te sonará igual que si te hablo de la Universidad de Finfilvania. Quizás un poco mejor porque esta última no existe y, el primero en cambio, es un prestigioso medio científico del ámbito de la psicología, donde los principales expertos del mundo comparten estudios y conclusiones sobre los distintos temas que afectan nuestra salud mental.
Y parecen coincidir en una cosa: montar en bici no solo es sano, sino que también nos hace ser mejor personas. Lo respalda un estudio firmado por Harald Schuster, Jolanda van der Noll y Anette Rohmann, de quienes probablemente tampoco hayas oído hablar, pero que se han currado el informe durante varios años, realizando encuestas a la población alemana entre 2014 y 2019. Concluye su trabajo con una realidad aplastante: que la gente que vive en entornos donde existe la opción de desplazarse a pie o en bicicleta son personas que están más preocupadas por los de su alrededor.
En realidad, es algo que hemos experimentado todos. Porque todos o casi todos los ciclistas somos también conductores, y sabemos lo que pasa cuando te metes dentro de una cabina, protegido del mundo exterior por unos cristales, un techo y un parabrisas. Qué, como nadie te oye, sacas lo peor de ti mismo. Si alguien pone tarde el intermitente, frena cuando no lo esperabas o va más lento de lo que te conviene le llamas de todo menos bonito. Ir con coche no te hace peor, pero te hace reforzar unas actitudes que son de todo menos solidarias.
Y a la larga, dicen los autores del estudio, se acaba notando en tu carácter. Así, los germanos aseguran que si caminamos o vamos en bicicleta nos relacionamos con las personas que viven a nuestro alrededor y con el entorno, interactuamos, nos da la luz del sol, disfrutamos de la naturaleza…Todo ello contribuye a que seamos mejores personas por montar en bicicleta, mientras que los que usan el coche se vuelven más egoístas.
Algo que puede parecer muy simple, pero que no es del todo banal. Basta hacer la prueba y dirigirte en bici al trabajo, la universidad o cualquier tipo de actividad. Notarás que el estrés se rebaja considerablemente. Claro que depende mucho del tipo de ciudad y los carriles bici que existen o no existen para moverse, pero afrontar un día sin atascos, problemas de aparcamiento o empujones en el metro es otra forma de empezar la jornada. Una que, ahora lo dicen los científicos, nos hacer ser mejores personas.
