Por Javier García
El ciclismo español escapa poco a poco de una de sus transiciones más difíciles. Oier Lazkano, junto a Ayuso, Carlos Rodríguez, o Iván Romeo dan muestras de que la nueva hornada es una franquicia de talento. La victoria de Lazkano en Jaén reafirma una evolución colosal por parte del vitoriano, que año a año sube un escalón más. Carisma absoluta, capacidad mitológica de sufrimiento y sobre todo dos martillos como piernas que caricaturizan su figura.
La victoria de Oier en la reciente Clásica de Jaén nos dibuja a mano una realidad, el ciclismo español puede soñar con los mejores monumentos del deporte. El campeón de España es una fragancia que nuestro ciclismo había olvidado por completo desde la retirada de Freire. Paris Roubaix o Flandes son gloria para muchos, para nosotros el infierno que desnudaba nuestras carencias, o al menos hasta ahora. Ya es hora de rebobinar la película, de sacar la cabeza entre los mejores clasicómanos. Oier, a sus 24 años ya está ahí, sin presión, sin obsesión, pero con una artesa rebosante de ilusión.
🔥🔥 ¡𝗟𝗮𝘇𝗰𝗮𝗻𝗼, 𝘀𝗶𝗻 𝗺𝗲𝘀𝘂𝗿𝗮 𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝘃𝗶𝗰𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮!
Así está apretando en el sterrato de la @clasicajaen tras quedarse en solitario en cabeza
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) February 12, 2024
La mala suerte de Lazkano reside en toparse con los gallos más condecorados del corral. Caballos ganadores como Van der Poel o Van Aert a los que rara vez se les escapa el jaque mate. El Potro Salvaje puede comer en esa mesa, se advirtió el pasado año en A través de Flandes donde mordió una plata con aroma a café dorado. Sus 115 kilómetros en fuga entre olivos jienenses y su croché a la mandíbula del grupo perseguidor navegando por el sterrato moldean un vino en proceso de maduración. El libro es tan bueno que no sabemos cuántas ediciones puede sacar.
La París Roubaix, más conocida como el infierno del Norte, ha sido toda una maldición para los nuestros, da igual el blanco y negro o el color, la barrera siempre se baja. Con orfebres sobresalientes solo 3 españoles han logrado colarse en el top 10 de la carrera francesa. Juan Antonio Flecha corona en cabeza nuestras actuaciones, con hasta tres podios (2005,2007 y 2010). Para ver a otro español saborear un metal en el velódromo del ciclismo tenemos que retroceder a tiempos donde no había calculadora. Miquel Poblet lograba ser 2º en 1958 y 3º en 1960.
Lo mejor de Lazkano trasciende más allá de sus victorias. Hablamos de un fuera de serie que no sabe levantar los brazos sin una exhibición cargada en su espalda. Profesional desde 2020, acumula al menos un triunfo en sus últimas tres temporadas. La corriente Lazkanista ya se estudia en las cunetas más emblemáticas del ciclismo, no es para menos, vista su progresión es muy probable que caiga en el examen.
España tiene en propiedad un corredor diferente, un talento abrupto y sobre todo el lobo que dirige al Movistar Team, su suerte será la nuestra. Las expectativas son tan altas como el techo a descubrir. La pinta del plato es sensacional y lo mejor de todo es que solo estamos en los entremeses. Lazkano termina contrato a final de temporada, su talento ya es para muchos un caramelo en la puerta del colegio. Hablamos de un cromo al que todo coleccionista aspira. Movistar deberá, más pronto que tarde, candar bajo llave al que ahora mismo es su corredor franquicia.
