Por Javier García
El Coll de Pradell dará por fin el salto al ciclismo profesional en 2024. Lo que era un secreto a voces se confirmó ayer durante la presentación de la 103º edición de la Volta a Catalunya. Hablamos de uno de los puertos con más dureza de los Pirineos y de toda la Península Ibérica. La subida de más de 15 kilómetros es llevadera en su tramo inicial, pero sus últimos 6 kilómetros rozan el 11% de media. Pogacar y Sepp Kuss, entre otros, probarán sus piernas ante una de las grandes paredes de la geografía local y regional.
La antesala de la tradicional etapa final de Montjuic distará mucho de ser un camino de rosas. Beguedá, macizo montañoso contextualizada en la región de Berga, será testigo de una de las etapas con más desnivel de la historia de la carrera catalana. Coll de la Batallona (3º categoría), Collet de Cal Ros (2º categoría), Coll de Pradell (Categoría Especial), Coll de Sant Isidre (1º categoría) y Santuario de Queralt (1º categoría) serán las cinco ascensiones de una jornada infernal de apenas 154 kilómetros de esfuerzo.
El Coll de Pradell se subirá desde su vertiente más dura, la que acontece desde Vallcebre. Primeros tramos llevaderos con pendientes ligeras. El cruce de Fumanya, una zona donde hace apenas unos años se extraía carbón, será la calma tensa antes de llegar a Vallcebre. A partir de aquí llega la tortura. Curvas de herradura con más de 14% de desnivel. La pared será constante hasta el final. El tramo más duro se produce cuando llega el cemento rayado, las rampas superan con creces el 21% completando un kilómetro total de más del 15%. Las piernas suelen solo de pensarlo.
Pradell supondrá sin duda uno de los momentos más destacados de la edición, más allá de que su coronación se produzca a más de 50 de meta. Este hecho tiene menos importancia porque un tal Tadej Pogacar hará acto de servicio en esta edición. Un puerto de esas características con otros dos ascensos por delante llama a la puerta de la épica más absoluta, aspecto inherente en la figura del esloveno.
La organización por fin ha cumplido la demanda de cientos de cicloturistas que reclamaban un escenario digno para este puertarraco. Uno de los más conocidos es Raul Masabé (@ramacabici) , quién bautiza el coloso como mucho más que un puerto de montaña, sus más de 40 ascensiones lo avalan. Entre los profesionales Sepp Kuss, que también tomará la salida de la ronda centenaria, es otro de los que reivindicaban con fuerza la inclusión del Pradell.
La ascensión al Pradell se encuentra ubicado a apenas una hora de la Ciudad Condal, por lo que la presencia de aficionados puede llegar a ser inigualable. Uno de los motivos por los que la ascensión no es final de etapa es relativo a que en su cumbre el espacio no concede oportunidad a estructuras compatibles. Quién sabe si en un futuro una gran carrera como La Vuelta a España pueda condicionar el terreno. Desde el Tío del Mazo estamos seguros de que el Coll de Pradell se sumará con galones a nuestra colección, extensa por naturaleza.
