El bocadillo perfecto no existe. Y menos para ir en bicicleta. Primero porque no conseguirías poner de acuerdo a los nutricionistas (seguro que desaprueban el bocadillo) y segundo porque, como dice más o menos el refrán, para gustos bocatas. Hay tantas variedades y tantos tipos de personas que sería imposible escoger el modelo perfecto.
Pero sí podemos ponernos de acuerdo en la actitud. Y el bocadillo perfecto es aquel que no deja residuos ni contamina. Y que además tiene algo de estilo. De eso ya saben mucho los ciclistas, acostumbrados desde hace años a no tirar restos de geles a la carretera sino guardarlos en los bolsillos exteriores de sus equipaciones.
Una práctica que puede extenderse también al ciclismo familiar, gracias a los envoltorios diseñados por Roll´eat. Sencillos, prácticos y fáciles de usar, aunque nada mejor que ver un pequeño video para mostrar su funcionamiento.
Además de ahorrar el papel de aluminio, el envoltorio, especialmente diseñado para promover el cicloturismo sostenible, tiene su gracia. El diseño es sencillo, pero acertado. Un montón de bicicletas sobre fondo verde. Elegante y funcional.
El portabocadillos -en el que también puedes envolver fruta, galletas o barritas de cereales- genera un gran impacto para el medioambiente pues al ser bolsas para bocadillos reutilizables y no usar envoltorios desechables, evitamos generar residuos innecesarios para el planeta, y que podrían causar graves daños a la naturaleza.
Por ello, la compañía ha recibido reconocimientos como el Premio Solutions 2014, que reconoce a aquellos productos que aportan soluciones inteligentes a los problemas del día a día, y que además, destacan por su originalidad y diseño; o el Premio Red Dot, que reconoce la calidad e innovación de productos domésticos y profesionales.
Estos envoltorios, bautizados como Boc’n’Roll se venden a través de la página web de la compañía, a un precio de 10,95 euros. Su fácil lavado hace que sean reutilizables en cientos de ocasiones. Basta con pasar una bayeta húmeda, pues la comida no penetra hacia la capa exterior y prácticamente no se ensucia al no tener huecos ni ranuras. Excelente noticia para los que les gusta poner salsas o aceite a los bocadillos.
Y un último detalle: también sirve de mantel llegado el caso.
