Por un Señor de Toledo.- Todos nosotros, en algunos momentos de nuestras vidas, de una manera u otra, hemos interiorizado ciertas imágenes que recordamos siempre. Son instantáneas que quedan grabadas de tal manera, que se podría decir que forman parte de nosotros mismos y permanecen imperturbables, sin que el tiempo consiga limar su fuerza. Tengo un recuerdo permanente de una imagen maravillosa, impactante, amenazadora en parte y con un punto excitante también, que siempre recordaré; y no voy por donde algunos estáis pensando, que pudiera haber sido, pero no… La Porta Per L’ Inferno (Puerta del Infierno) rezaba una pequeña pancarta, hecha con palos más que rudimentarios y una tela más bien ajada. Estaba colocada sobre una estrecha carretera, en la que la masa de árboles que se agolpaba a sus márgenes precedía a una gran oscuridad que dejaba entrever una pendiente…
El pelotón encaraba esta pancarta y los corredores poco a poco fueron comidos por la masa boscosa y la oscuridad que tras ella se escondía. ¡Qué gran momento! Los corredores afrontaban así la parte más dura de una subida de la que no habían hablado, pero que no habíamos visto. Efectivamente, era la subida al Monte Zoncolan. Era la subida perfecta, el ogro de los puertos de montaña; la subida con la que todo escalador sueña y teme a partes iguales.
Este es mi primer recuerdo del Zoncolan, imborrable desde entonces. Superado el momento del abuelo cebolleta, y esperando no haber aburrido al personal, os puedo comentar que este puerto de montaña ya ha sido final de cuatro etapas del Giro de Italia, en las ediciones de 2003, 2007, 2010 y 2011, tres de ellas por la parte más dura, por su cara oeste, desde la localidad de Ovaro, que además será por donde los ciclistas suban en este Giro 2014.
Para los amantes de los datos, hay que apuntar que el Zoncolan por esta vertiente asciende 1.210 metros de altura en sólo 10,5 km; con una pendiente media de 11,5 %, y con una inclinación máxima del 20% y rampas que llegan en su punto más inclinado al 22% en algunos metros. A nivel general, los primeros 3 kilómetros presentan pendientes no demasiado difíciles, con rampas cortas que llegan hasta el 13% de inclinación, con algunos tramos prácticamente llanos; hasta ahí es una subida de lo más llevadera. Pero después del tercer kilómetro, en el pueblo de Liariis, y como muy bien versa la pancarta, el infierno comienza. Después de ahí a meta, todo el terreno es bestial, sin ningún paliativo, estamos ante la subida perfecta. Sobran las palabras, el perfil habla por sí mismo.
Bravo para la organización del Giro porque como guinda final a una carrera que, en mi criterio, es la que más y mejores montañas puede ofrecer al ciclismo, es la puntilla perfecta por si todavía quedaba algo por aclarar entre los favoritos a la victoria final.
La etapa número 20 del Giro 2014, la penúltima de la carrera es un magnífico colofón ante de la llegada a Trieste, que es donde esta edición de la ronda italiana echará su cierre. Son 167 kilómetros de etapa, con otras dos cotas antes de la llegada final al Zoncolan. Una primera en el kilómetro 90 de carrera, el Passo del Pura, de primera categoría y con rampas serias; y una segunda, al Sella Razzo en el kilómetro 115 de segunda. Gran día para disfrutar de este deporte y para decir con la voz muy alta y para que se entienda muy bien:
¡¡Esto es CI-CLIS-MO!!
Para verlo en TV, podíes consultar en el Tío del Mazo. Aquí mismo: ¿Dónde puedo ver el Giro de Italia 2014?
