Por Techo Díaz.- Seguro que más de siete y más de ocho os acordáis de las chapas con las que los niños de los 80 pasamos horas jugando en los recreos. Si hablamos de diversión/precio, no tenían competencia como juguete. Horas y horas organizando carreras para derrotar al pérfido Fignon (era el malo entonces para los niños) con chapas de Perico, Laguía, Chozas o Lejarreta. Inolvidables tardes que nunca volverán pero que ahora podemos recordar cada vez que abramos la nevera.
Requiere eso sí, un poco de bricolaje. Porque no es que hayan vuelto a salir a la venta, sino que con un algo de imaginación y muy pocos materiales se puede dar un toque ciclista a tu cocina. Y es tan fácil que hasta yo mismo he sido capaz de hacerlo. Y lo explico en este video que comparto a continuación.
Para los que no queráis ver el video o requiráis más información, unas instrucciones. Dicen que el video lo es todo hoy en el mundo de la comunicación, pero nunca están de más unas palabras escritas.
Fabricar un imán-chapa es muy fácil, pero requiere algo de compromiso. Por ejemplo, es imprescindible abrir una cerveza para conseguir una chapa. Algunos teóricos del asunto dicen que también vale las de fanta, o incluso las de coca-cola. Ahí no voy a entrar. Allá cada cuál con su conciencia.
El paso más complicado es encontrar las famosas pegatinas de los ciclistas. Ya no las venden, así que hay que tirar de Google imágenes. Si buscáis “chapas ciclistas años 80” o “pegatinas chapas ciclistas” salen cientos de ellas. A mí me gusta especialmente la tanda que encabeza Hinault y en la que salen Fignon, Perico, Laguía, Chozas y Lejarreta. Me sobra Knetemann, pero nadie es perfecto. En este link podéis ver algunas.
Lo siguiente es imprimirlas a color y acertar con el tamaño. Muchas son fotografías a tamaño natural y coinciden, a mí me salió a la primera. En cuanto a los derechos de imagen, supongo que no se aplican si hacéis chapas para consumo propio, que es la idea de este post. En caso de tener fines comerciales imagino que aplicará alguna ley, pero tampoco recomiendo a nadie hacerse rico a base de vender chapas.
Con la pegatina -o mejor dicho, el papel- dentro de la chapa, llega la parte más novedosa: transformarlo en imán. Para ello hay que comprar láminas imantadas adhesivas. Yo las he comprado en la tienda Tiger, una cadena danesa especializada en absurdeces que de vez en cuando sacan alguna genialidad. Hay por toda España. Pero además también las venden online en otros sitios como éste y éste.
Solo hay que recortar un trozo, pegarlo a la chapa con pegamento ultrapotente y… colgar en la nevera.
