Por Un señor de Toledo.- Si hace escasos días os contábamos la aparición oficial del primer caso del llamado ‘dopaje tecnológico’ en el ciclismo, el de la belga Femke Van den Driessche y además solicitábamos una actuación rápida y clara por parte de la UCI con respecto a este asunto, la respuesta del máximo organismo del ciclismo mundial no se ha hecho esperar.
Así, el presidente de la UCI, Brian Cookson aseguró que “puede ser necesario” el “control sistemático” de los bicicletas para luchar contra el dopaje tecnológico. Estas declaraciones del máximo responsable de la Unión Ciclista Internacional se producían ayer en ayer en Doha, durante la segunda etapa de la Vuelta a Catar.
“Si se hace necesario controlar a todas las bicicletas a nivel individual, a cada corredor y en todas las carreras, así como las de repuesto, puede ser que debamos hacerlo”, aseguraba Cookson, tras lo cual señalaba que éste “es un proceso que estamos considerando muy activamente en este momento”.
Sobre el cómo llevar a cabo este tipo de controles, pocas pistas ofreció el presidente de la UCI, aunque sí que informó acerca de que se están “investigando nuevas tecnologías que son mínimamente invasivas para que no haya que desmontar las ruedas; pero si fuera necesario, lo haríamos” apostillaba.
Con todo lo que se especulado, con lo que queda por venir y por el bien del ciclismo, la UCI tiene que ponerse las pilas y llevar a cabo todos y cada uno de los controles que sean necesarios en las bicicletas que sean utilizadas en competición, e incluso en las de repuesto, como así también ha señalado Cookson. El ciclismo no puede permitirse estar bajo la sombra de este nuevo paraguas al que se le llama dopaje tecnológico.
Hay que coger el toro por los cuernos y afrontar este reto con todos los medios y con todas las consecuencias, el ciclismo nos lo agradecerá.
