Por Techo Díaz.- Estamos ante el mundial más interesante de los últimos años, o por lo menos para los que nos gusta el ciclismo de montaña y los ataques del Tío del Mazo. No se afronta tanto desnivel acumulado desde 1996 y las rampas de la subida final superarán a cualquiera de las subidas en la Vuelta, hasta un 28%. Estamos ante un mundial del siglo pasado.
De un vistazo, el perfil ya lo dice todo. Aunque no sorprende a nadie, si pones un mundial en Innsbruck lo difícil es encontrar dos hectómetros en plano. Al final son 265 kilómetros y un desnivel acumulado de 4.670 metros. El décimo con mayor desnivel en la historia de la prueba.
Y lo más interesante, para el final. Los malévolos austríacos han diseñado un recorrido con seis vueltas al mismo circuito y un final de traca: un explosiva subida al infierno con rampas del 28% por carreteras estrechas y peligrosas, que tan decisiva es en subida como en bajada.
Es una subida corta, 3,2 km o 2,8 km en función de donde se mida, pero terriblemente dura por dos razones: la inclinación de las carreteras y el pequeño detalle de llevar en las piernas 7 ascensiones, más de 220 kilómetros y toda una temporada. habrá desfallecimientos, caídas, sonrisas y lágrimas. El Tío del Mazo se va a poner las botas en Höttinger Höll.
Pero nada mejor que ver un video para hacernos una idea de la dificultad de la subida y la estrechez de la carretera. A falta de pericopuertos, buenos son flechapuertos. El que fuera ciclista del Sky cuenta para Eurosport como es el infierno austriaco con la ayuda del avieso diseñador del circuito, un hombre al que sin duda le van a pitar los oídos dentro de dos domingos.
¿Impresionante, verdad? Pues siempre hay gente dispuesta a subirlo. El día anterior, sin más, hay una cicloturista a la que todavía estamos a tiempo de apuntarnos. Eso sí, no os quejéis si os golpea el Tío del Mazo. El que avisa no es traidor.
