Hablemos de las tres grandes y de los grandes
Después de un largo y duro invierno, para algunos más que otros, la temporada ciclista comienza su andadura. Muchas son las incógnitas para este año, y la primera de ellas, cómo no, es si desde los organismos internacionales tendrán a bien, hacer justicia, y permitir a Alberto Contador continuar haciendo lo que más le gusta, que no es otra cosa que correr carreras, luchar por el triunfo y demostrar que sobre una bicicleta es el hombre más fuerte en la actualidad, y ojo, también tiene muchas papeletas para ser uno de los más grandes de la historia.
La primera gran incógnita es saber si el de Pinto correrá las tres grandes, como se ha estado especulando en estas fechas. Desde luego si las corre, cosa que desde el Tío del Mazo dudamos, irá a disputar el triunfo final en todas ellas, otra cosa es que las fuerzas le acompañen. Nuestro Alberto ha conseguido volver a representar al ciclista todoterreno, al ciclista completo que quiere ganar allí donde va. Con esta actitud el ciclismo gana muchos enteros; ya que en estos últimos años, sobre todo con el americano de hierro, estábamos acostumbrados a verlo de comparsa en casi todos los sitios a los que iba a correr, con el único objetivo de prepararse concienzudamente para ganar el Tour de Francia.
No es que sea mala opción, de hecho las siete rondas francesas ganadas por el estadounidense, así lo demuestran; lo que pasa es que a nosotros nos gusta más el otro estilo, el que ahora representa Contador, el que siempre ha representado el más grande entre los grandes, el Caníbal, Eddy Merckx. Nos gusta este estilo, porque todo lo que huela a ciclismo de antes, a épica, a grandes batallas forjadas antes las mayores adversidades, nos hace mirar a este deporte con mayor admiración aún.
Aquí no vamos a cuestionar la preparación de los ciclistas, ni cómo eligen las carreras a las que van, simplemente, nos gusta más ese corredor que de repente lo llaman para participar en un Giro de Italia cuando está de vacaciones, en la playa descansando, y cuando llega a tierras transalpinas ejecuta esa famosa frase que versa: “Vini, Vidi, Vinci”. Sería osadía o fanfarronería decirlo, pero es que en el caso de Alberto él no lo dice, simplemente, desde la más absoluta humildad y respeto hacia los demás, lo hace. Claro, esto que os estoy contando es la leche, ya lo sé, pero es que esto sólo lo pueden hacer los superdotados de la bicicleta, solamente ciclistas fuera de serie que cada cierto tiempo los dioses, el destino, la naturaleza, o lo que sea, tienen a bien regalarnos; y por suerte amigos, estamos de enhorabuena. ¡Nos ha tocado uno!
Me gustaría conocer vuestra opinión sobre qué pasará al final en esta incierta temporada en cuanto a los carteles que se presentarán a disputar las tres grandes. ¿Dejarán a Contador correr las tres? ¿Le dejarán correr dos, una…? Si Alberto va a ganarlas, ¿habrá corredores que aprovechen su mejor dosificación de carreras para batirle? Si no va Alberto, ¿quiénes serán los gallos de cada corral? Podemos seguir con las preguntas, pero lo que de verdad me apetece es saber qué opináis sobre esto, conocer vuestras respuestas.
Las mías, que me chiva al oído uno que de esto sabe mucho -por supuesto es el Tío del Mazo, que para eso lleva ya la tira de años agazapado en cualquier rampa que se precie, analizando, viendo y cómo no, atizando al que le toque- las iré comentando con vosotros en estos días. Como primeras impresiones para deshojar la margarita, vamos con las primeras especulaciones:
Por un Señor de Toledo