En 1913, el tren ya circulaba por las praderas de Kenya, a los pies de las colinas de Ngong. Cuando Karen Blixen llegó al Protectorado del África Oriental británica antes de la I Guerra Mundial, aún se podía decir que las Tierras Altas eran un feliz coto de caza y que los pioneros blancos vivían en confiada armonía con los hijos del país. La mayoría de los emigrantes habían llegado a África y permanecido allá porque la vida en aquel lugar les gustaba más que en su país de origen, porque preferían ir a caballo a ir en coche, y hacer una hoguera a encender la calefacción. Querían, como la protagonista del film de Sidney Pollack, dejar sus huesos en tierra africana.

El tren, llegando a África en 1913

En 1985, cuando la familia Froome dio a luz a su hijo Christopher apenas a 16 kilómetros de la granja que a principios de siglo habitó Karen Blixen, ya casi nadie montaba en caballo. Nairobi se había convertido en una urbe poblada por varios millones de personas y por sus calles correteaban futuros atletas de renombre mundial y algún que otro niño en bicicleta.

Se desconoce la edad exacta a la que Chris Froome aprendió a montar en bicicleta, pero teniendo en cuenta que pasó los primeros quince años de su vida en Kenya, resulta cuando menos evocador imaginarle por la sabana africana persiguiendo leones en bicicleta, asustando rinocerontes y jugándose la paga al mejor de tres sprints con los guepardos. Lástima que no esté documentado y que probablemente sea falso, pero la historia en sí tendría mucho tirón.

Froome se volvió inglés en 2008, como sus padres y sus abuelos, cuando empezó a tomarse en serio eso de montar en bici y fichó por el equipo Team Barloworld. Para entonces ya corría mundiales con la Union Jack a la espalda y pasaba por uno más, con sus ojos claros, su tez blanca y su cara de inglés que no ha roto una taza de té en su vida.

Estaba lejos de sospechar que, apenas tres años después y sin apenas experiencia, estaría a punto de ganar su primera Vuelta Ciclista a España. Es más, de que podría haberla sentenciado ya si no hubiese estado trabajando a destajo para su líder, el también inglés Bradley Wiggins, natural de la ciudad belga de Gante.

Quedan seis días de Vuelta y aún no hay nada decidido, pero las cosas se han puesto más complicadas para este debutante en la ronda española que ahora ocupa la segunda plaza de la general a sólo 20 segundos del líder. Queda una etapa en alto, dos días de media montaña y un rival muy fuerte por delante, Juanjo Cobo, contra el que jamás intuyó que disputaría la carrera más importante de su vida. No en vano, a Juanjo le apodan el bisonte. Y no hay bisontes en Kenya.

Por Techo Díaz

 

 

Personaliza ahora tu maillot

Compartir:

Otros artículos que te pueden interesar

Personaliza ahora tu maillot

¿Tienes un club al que quieras personalizar tu equipación? ¿Eres de los que tiene su propio estilo? Aquí podréis dar rienda suelta a vuestra imaginación. ¡Decirnos vuestra propuesta y sólo tendréis que ponéroslo!

Menú