Por un Señor de Toledo.- La Etapa 19 del Tour de 2013 es otra de las que quitan el hipo y creo que con esta expresión todos me vais a entender. Es una auténtico etapón salpicado de puertos de montaña, con 204 kilómetros de recorrido. Después de Alpe d’Huez parecía que lo más duro ya estaba superado, pero no, os aseguro que no. Los cinco puertos de montaña –uno de segunda, dos de primera, y otros dos fuera de categoría- que tendrán que afrontar los ciclistas, muchos ya con la reserva, como se dice coloquialmente, aseguran este bello espectáculo que es el ciclismo.
Nada más iniciar la etapa, los ciclistas ascenderán a uno de los grandes colosos alpinos, el Col du Glandon, que con 21.6 km de subida, con un desnivel medio 5.1%, va a empezar a calentar las piernas de los corredores. Es una subida catalogada como fuera de categoría y que sin duda, tiene terreno para que las hostilidades se comiencen a desatar.
Bajada del Glandon, luego un terreno relativamente llano de 11 kilómetros, y a por el segundo coloso del día. Se trata de otra de las ascensiones míticas, el Col de la Madeleine, que se corona a 2.000 metros de altura, cuenta con 19.2 km de subida y un desnivel medio del 7.9%, por la cara que lo suben este año. Por supuesto, es también una subida fuera de categoría. Es una auténtica pasada, uno de los puertos más duros, sin duda, que los ciclistas van a subir en esta edición del Tour.
Tras el descenso de la Madeleine, hay un intervalo de continuas bajadas y subidas que van a llevar a los ciclistas hasta la siguiente dificultad montañosa, el Col de Tamié, con 8.6 km de subida, al 6.2% de desnivel y considerado de segunda categoría. Visto lo anterior parecerá un aperitivo, pero acumulará también desgaste en los ciclistas. Este puerto de segunda es además la antesala de los dos primera categoría que rematan esta etapa.
El primero de ellos, el Col del Épine, con 6.1 km de subida al 7.3% de desnivel, que tampoco es nada desdeñable. Aquí estaremos ya en el kilómetro 165 de la etapa, con casi 40 kilómetros todavía por disputar y la última dificultad montañosa en ellos. Se trata del Col de la Croix Fry, otro clásico del Tour, que tiene 11.3 km de subida al 7%.
Increíble palizón el que se van a dar los ciclistas, que además tendrán que jugarse la etapa en el descenso de este puerto, donde está situada la línea de meta. Una bajada peligrosa, que si además la meteorología no acompaña, lo será más y habrá que tener los nervios bien templados, porque el Tour se acerca a su final y seguro que nadie quiere echar por tierra el trabajo hecho en tres semanas.
Para terminar una confesión. Me ha dicho el Tío del Mazo que este día va a disfrutar más que un chiquillo en los caballitos….¡yo no me lo perdería!