Por Techo Díaz.- Vaya por delante que me resulta cansino hablar de dopaje. Y no se trata de mirar para otro lado, de hecho ése es el lado al que miran todos los medios y es difícil abstraerse, pero aburre que este tema eclipse la grandeza de deportes como el ciclismo, el atletismo y casi todos los de fondo.
Hoy se ha liado una tremenda a raíz del paradero de Chris Horner, al que mucha gente parece tenerle ganas por atreverse a ganar una Vuelta a España con 41 años, desacreditando, piensan algunos, el nivel de la carrera. Veremos en qué queda todo esto, pero en este país somo muy dados a vender el madroño antes de cazar el oso.
Pues bien, esta mañana saltaban todas las alarmas. La Agencia Estatal Antidopaje (AEA) quería efectuar un control a las seis de la mañana a Chris Horner a petición de su homóloga norteamericana, la USADA. Fueron a buscarlo a su hotel y no estaba.
Disculpen que me distraiga, pero… ¿quién en este país o cualquiera de la OCDE tendría los santos cojones de ir a buscar a Sergio Ramos o a Gerard Piqué a las seis de la mañana del día siguiente de ganar un mundial? Eso, para empezar, es inhumano. Es una persecución contra este deporte, pero también contra toda lógica. Es una persecución contra la alegría de vivir.
Sin embargo, todo parece indicar que el señor Horner no estaba de fiesta con sus colegas en el Fortuny, sino durmiendo con su mujer, que para eso es un señor casado de 41 años. Yo, que todavía estoy en edad de ganar una Vuelta, personalmente pienso que si me tiro tres semanas compartiendo habita con mis compis del Radioshack y tengo la oportunidad de cambiarlos por mi chica no lo dudaría ni un momento. Que tres semanas son muchos días sin…
Dicho todo esto, desde este blog seremos los primeros en condenar a Christopher con mayúsculas, si llega el caso. De momento no ha llegado. Horner ha pasado los mismos tests que el resto de ciclistas y hasta la fecha no ha dado positivo. En cuanto al control sorpresa, su propio equipo, el Radioshack, ha salido sin dudarlo en su defensa, aportando como prueba el mail donde informa a la USADA que pasará la noche con su mujer en un hotel diferente al del equipo. Se han mojado bien, y eso que quizás no corra en sus filas la próxima temporada.
¿En qué momento se ha torcido todo? No parece tan grave que alguien se pueda confundir a la hora de mandar un mail, sea el propio Horner o la persona que estuviese encargada de leerlos un domingo, que ya se sabe que es un día que en general no gusta mucho trabajar. Lo peor es el tema de la filtración a la prensa y el intento de linchamiento en las redes sociales de alguien que es inocente incluso habiendo corrido en el mismo equipo de Armstrong.
O lo es hasta que se demuestre lo contrario. De momento, parece haber actuado correctamente mandando el mail adecuado. Ha pasado controles y no ha dado positivo y ha ganado una Vuelta muy dura con muy pocos días de competición en el cuerpo. Pero sí, tiene 41 años, casi 42. Es normal que se dude de él. Lo que es un despropósito es que se le linche.
