Por El Aguador – La ciencia avanza que es una barbaridad. La frase siempre me ha parecido tan graciosa como verdadera, y me viene a la cabeza siempre que escucho hablar de la impresión 3D para fabricar componentes industriales e incluso órganos vitales.
Inevitablemente el proceso ha llegado a la fabricación de bicicletas, y la empresa inglesa Renishaw ha anunciado el primer cuadro metálico de bicicleta realizado con una impresora 3D y desarrollado en colaboración con Empire Cycles. Ambas compañías han creado un cuadro de titanio que manteniendo las misma resistencia consigue reducir su peso de los 2.100 a los 1.400 gramos, algo que muchos agradecerían en su bicicleta.
El sistema usa para imprimir, y aligerar peso manteniendo la resistencia algo llamado la “optimización topológica”, que hablando de manera sencilla viene a ser un proceso que determina en que partes de la estructura hay que distribuir el material y en la cantidad que hay que hacerlo para mantener las cualidades que se buscan en la pieza impresa.
Las aplicaciones de esta impresión son muchas, y se basan sobre todo en la sencillez del proceso al eliminar la complejidad de fabricar las piezas. Desde luego el futuro en la producción industrial está, entre otras cosas, en la impresión en 3D, y es un que ya se ha convertido en presente en nuestro mundo de la bicicleta. Pensando a una escala más hogareña, imaginad que os podéis imprimir una maneta o una corona cuando lo necesitéis. ¡La idea es atractiva!
Más info en la web de Renishaw.
Lo dicho, la ciencia avanza que es una barbaridad.