Por Techo Díaz.- Los que estábamos viendo rodar a Purito en el Giro notábamos que le faltaba algo. Crono por equipos muy discreta, problemas con los circuitos y etapas con final en alto en las que acababa por detrás de Cadel Evans. No era el mismo, algo le faltaba. Al final se ha sabido: eran costillas.
Andaba el catalán corriendo con dos costillas rotas (la 8 y la 9) desde la clásica cervecera, la Amstel Gold Race, cuando se pegó el primer piñazo de la temporada en la primera de las Árdenas. Pero lo mantenía en secreto. De hecho, hasta corrió la Flecha Valona y la Lieja, donde se vio forzado a abandonar. Según informa su equipo, el corredor de Katusha quería con esta mentirijilla evitar ataques gratuitos de sus inmisericordes rivales.
El ciclismo es un deporte, donde caídas, pinchazos y costillas rotas forman parte de la carrera. Y no hubiera sido ilegal, ni tan siquiera inmoral, aprovecharse de ello, así que hizo bien Purito en silenciar sus molestias. Lo malo fue que ayer, como le pasó más o menos a medio pelotón, se volvió a dar otro piñazo.
Y claro, a la tercera va la vencida. Herido esta vez en su costilla número 10, el escalador es estaba quedando en lo puesto, con medio costillar y un dedo fuera de combate. Esta mañana, Joaquim Purito Rodríguez, uno de los grandes favoritos a la victoria en la presente edición del Giro de Italia, no tomaba la salida. Para los aficionados españoles y katushenses, un sólo consuelo: según deja entrever en su cuenta de Twitter, Purito podría correr el Tour de Francia. “Este cuento se acabó. Cabeza en el Tour”, fueron sus no tan enigmáticas palabras.
Ocaña, Beloki, Antón, Zülle… la historia del ciclismo está llena de caídas que han marcado el destino de grandes carreras. Lo aceptamos y es parte del juego, pero es una pena que este Giro no haya llegado aún a la primera montaña de verdad y ya hayan tenido que abandonar dos de los grandes favoritos, Dani Martin y Purito Rodríguez. El Giro se queda huérfano, pero el espectáculo debe continuar. Esperemos verlos pronto, con todas las costillas en su sitio. El Tour, mientra tanto, empieza a ganar interés…