Por Techo DĆ­az.- MaƱana se sube Izoard en el Tour de Francia. Ni siquiera es final de etapa, pero da lo mismo. La montaƱa que Jacques Goddet, director del Tour entre 1936 y 1986 definiĆ³ como ā€œuna versiĆ³n actual del infiernoā€ sigue siendo un mito.

No es para menos. Hasta hoy se ha subido en 32 ocasiones, con cierta tendencia a ser olvidado por la organizaciĆ³n en este siglo XXI. Todo lo contrario que en los albores del Tour, cuando era casi inconcebible que la ronda gala no subiese esta cima alpina de 2.360 metros de altitud.

Izoard Tour
El Col d’Izoard

Henri Desgrange, inventor de la carrera francesa, era en sus primeros aƱos una especie de ojeador de montaƱas, a las que seleccionaba con mimo pero tambiĆ©n con miedo para que formasen parte del Tour. Al Col dā€™Izoard lo tachĆ³ de mentiroso.

ā€œLa primera parte puede escalarse elegante y civilizadamente, apenas hay que doblar la espalda. Pero todo ha de llegar a su fin. Es estupendo porque, poco a poco, te das cuenta de que el Izoard te ha engaƱado. El Izoard es intrigante, como una historia que te mantiene despierto toda la noche y no se acaba nunca. Porque el Izoard no acaba, es interminable. Puede parecer manso y tranquilo y hacerte creer que lo estĆ”s derrotando, pero nada de eso. Cuando llega una curva y te dispones a respirar o dar un suspiro de alivio, te golpea las piernas con una rampa que acabarĆ­a con un muloā€, afirmĆ³.

Y eso que Gino Bartali estuvo a punto de cargarse de un plumazo toda la leyenda de este puerto en 1938, cuando llegĆ³ a la meta con 17 minutos de diferencia sobre sus perseguidores. El italiano parecĆ­a aburrirse en la ascensiĆ³n. Tanto que, al vislumbrar por fin entre las curvas de Izoard dos manchas de colores que parecĆ­an ser sus perseguidores, les saludĆ³ alegremente con el brazo.

Y es que, aunque el monolito de la cima recuerda a su gran rival Fausto Coppi y al campeĆ³n francĆ©s Louison Bobet, el italiano firmĆ³ buena parte de sus gestas en esta montaƱa alpina. En 1948, Gino estaba a 21 minutos de Louison Bobet en la general antes de encarar los Alpes. El dĆ­a en que se subĆ­a Izoard recibiĆ³ una llamada del primer ministro italiano, Alcide de Gasperi. Eran malas noticias: el lĆ­der del partido comunista, Palmiro Togilatti habĆ­a sido asesinado e Italia era un clamor.

Bartali no entendĆ­a que tenĆ­a que ver en todo aquello, ni que podĆ­a hacer para ayudar a su paĆ­s. ā€œMucho ā€“sentenciĆ³ Gasperi- Puedes hacer mucho si ganas etapasā€. Bartali ganĆ³ consecutivamente las siguientes tres etapas alpinas, y le arrebatĆ³ el maillot amarillo a un atĆ³nito Louison, que se quedĆ³ con cara de bobet. El italiano sellĆ³ su victoria en ParĆ­s el 25 de julio de 1948, diez aƱos despuĆ©s de su primera victoria en el Tour.

Con estos precedentes, no lo tenĆ­a fĆ”cil Coppi para hacerse un hueco en la leyenda, pero el Izoard tiene algo que parece estimular a los italianos. En 1949 su superioridad en la general era tal que decidiĆ³ regalar la etapa a Bartali por su 35 cumpleaƱos. Cuatro aƱos despuĆ©s, los dos homenajeados en la cumbre coincidĆ­an en la carretera, pero no en la competiciĆ³n. Coppi habĆ­a renunciado el Tour para pasar unos dĆ­as con su amante, y eligiĆ³ esta montaƱa como destino de su escapada romĆ”ntica. No pudo resistir la tentaciĆ³n y bajĆ³ junto a su chica a ver la carrera. Y aunque Bobet era su rival estallĆ³ en aplausos a su paso. Un monolito a los dos ciclistas conmemora hoy esta bella imagen de camaraderĆ­a y deportividad.

Muy distinta fue la imagen que ofreciĆ³ la carrera al paso del Ćŗltimo gran mito italiano por la cumbre. Marco Pantani llegĆ³ en el aƱo 2000 hundido en la general, deprimido tras el positivo del Giro del 99 y muy lejos de su mejor estado de forma. Pero no le gustĆ³ que le atacasen en la montaƱa de los italianos. ā€œNo me gustĆ³ que atacara asĆ­, delante de mis narices, querĆ­a darle una palizaā€, dijo sobre Lance Armstrong en la meta. El Pirata habĆ­a conseguido evitar los ataques del fortĆ­simo americano en Izoard y ello le dio la confianza suficiente para lograr al dĆ­a siguiente en Courchevel uno de los Ćŗltimos grandes triunfos de su carrera.

MaƱana se sube Izoard, y otro italiano parece dispuesto a hacer historia. Ha pasado mucho tiempo desde 1998 y parece que ya va siendo hora que los transalpinos recuperen el lugar que merecen en la Grande Boucle. En Izoard han coronado Barrendero, Bahamontes, el Tarangu, Chozas y Aitor Garmendia, pero no es la cima de los espaƱoles. Historia obliga. Izoard es la cumbre donde Vicenzo Nibali deberƭa ganar el Tour 2014.

 

Personaliza ahora tu maillot

Compartir:

Otros artĆ­culos que te pueden interesar

Personaliza ahora tu maillot

ĀæTienes un club al que quieras personalizar tu equipaciĆ³n? ĀæEres de los que tiene su propio estilo? AquĆ­ podrĆ©is dar rienda suelta a vuestra imaginaciĆ³n. Ā”Decirnos vuestra propuesta y sĆ³lo tendrĆ©is que ponĆ©roslo!

MenĆŗ