Por Techo Díaz.- A estas alturas de pretemporada es prácticamente lo último que falta por saber. Quintana estará en el Tour, Contador estará en el Tour, Nibali estará en el Tour y Froome, salvo que se cabree del todo con su equipo y les mande a freír espárragos con alioli estará en la salida de Utrecht con o sin tratado. Pero falta por saber que hará el número 1 del ranking UCI World Tour, que ayer recogió el premio que lo acredita como tal de un Brian Cookson que se hinchó a repartir premios en territorio patrio.
Alejandro Valverde, como antes hiciera su director Eusebio Unzúe, se dedicó a tirar balones fuera ante las insistentes preguntas de la prensa allí congregada sobre cuáles eran sus planes para 2015. Y es que el chico vale para todo. Como corredor completo, lo mismo brilla en una clásica que en carreras de una, dos o tres semanas. Y allí claro, surge el eterno debate de si el murciano es una clasicómano desaprovechado, un vueltómano sobreexplotado, un poulidor moderno o un genio sin parangón en esto del ciclismo.
Para gustos colores. Lo que está claro que no debe ser fácil es llamarse Eusebio y tener que planificar la temporada del número 1 del ranking UCI, con otro gallo joven en el corral y tan pocas grandes vueltas en el calendario. Si fuese fácil lo harían en el cielo, pero ni allí han sido capaces de lograr que Wiggins y Froome coincidan en una grande tras la explosión del segundo.
Por eso el Movistar Team está ahora concentrado en Pamplona, tratando de solucionar un puzzle que tal vez tengan ya previsto de antemano, pero del que no han querido soltar prenda hasta la fecha. Tras recoger un premio en el que también quiso estar presente Contador (2º en el ranking UCI 2014) a través de su hermano Fran, Valverde habló de muchas cosas y de ninguna, pero alguna pista dejó caer entres su declaraciones.
“Hubiera cambiado este premio por un podio en el Tour de Francia”. Eso, además de un feo al galardón y al bueno de Cookson, es una declaración de intenciones. O simple despiste, pero sugiere que hay una espinita clavada que sigue haciendo daño. Cuando a eso le añades que tus objetivos son ser podio en el Tour y Campeón del Mundo las señales no pueden ser más claras.
El próximo viernes saldremos de dudas. Movistar ha convocado a la prensa en Pamplona tras su primer stage de pretemporada y será el momento de mostrar la carta de ruta. A tenor de lo dicho, o de lo simplemente insinuado, Valverde quiere estar en el Tour, y motivos no le faltan. La etapa que acaba en Huy lleva su nombre y también se lo podrían poner a la que acaba en el Muro de Bretaña. El corredor más parecido al murciano en prestaciones y forma de correr, Purito Rodríguez, ha dicho que ni diseñando él la Grande Boucle se le habría ocurrido un trazado más acorde a sus características; y todos los primeros análisis apuntan a una “vueltización” de la carrera francesa.
No hay que olvidar tampoco que Movistar Team recogió ayer también el premio como mejor equipo del mundo en 2014. Un trofeo que por merecido, no hace olvidar que el mejor momento de la escuadra telefónica, donde hizo estremecer los cimientos del por entonces todopoderosísimo Sky, lo vimos en 2013 camino de Bagneres de Bignorre, en una etapa pirenaica donde Quintana, Valverde, Rui Costa, Castroviejo, Rojas y Erviti pusieron contra las cuerdas todo el establishment del ciclismo conocido. ¿Podríamos ver algo parecido en el Tour de 2015? El portugués no será de la partida, pero este mismo bloque se mantiene. Es cuestión de tomar decisiones.
Un Movistar unido, reforzado con ganadores como Annacona, puede ser el bloque que marque la diferencia en el próximo Tour, un escollo verdaderamente difícil de sortear para los Nibali, Contador y Christopher, a pesar de su indudable fortaleza. Una escuadra dividida daría para dos grandes equipos en dos grandes vueltas, pero no garantiza el Tour para Quintana, ni el Giro para quien lo corra.
Por lo tanto, hay trabajo en Pamplona. Valverde ha dicho que correrá “dos grandes vueltas”, lo que parece descartar un calendario centrado en las clásicas al estilo Cancellara, o uno plagado de experimentos como el récord de la hora en Mallorca. Pero es que Valverde es el número 1 del mundo y acaba de renovar por tres años, no ha fichado por un equipo de Qatar como hacen los futbolistas cuando pasan de los treinta y cinco.
Y aunque el premio valga lo que valga y él no ayude con sus declaraciones, Valverde tiene estatus de estrella, y las estrellas en ciclismo corren el Tour, o al menos quieren correrlo. La segunda parte parece que está clara, pronto saldremos de dudas con la primera.