Por El Aguador – Un día cualquiera. A una hora cualquiera (en horario laboral, no cuando suelen llamarme desde Jazztel para venderme sus servicios cuando he acabado de cenar). Suena el teléfono en la tienda Serbicis de Valencia:
Dueño de la tienda: ¿Dígame?
Cliente: Hola, buenos días.
Dueño de la tienda: Buenos, días. ¿En qué puedo ayudarle?
Cliente: Pues mire, quería una bici. De esas que solo tienen un plato.
Dueño de la tienda: Muy bien, ¿y cuantos piñones?
Cliente: Pues piñones solo uno, que la bici es para ir por la ciudad y no quiero que lleve mucho peso.
Dueño de la tienda: Entonces usted quiere una fixie.
Cliente: Eso es. Una fixie. Y que sea verde, como las manzanas (las verdes, claro)
Dueño de la tienda: Bien. Fixie verde. ¿Y las ruedas y el sillín en qué color?
Cliente: Las quiero en blanco.
Dueño de la tienda: Apuntado queda. ¿Querrá usted también un manillar?
Cliente: Sí. Vienen fenomenal para manejar la bici. Lo quiero también en blanco.
Dueño de la tienda: Perfecto. Pues ya tenemos su bicicleta diseñada a su gusto: Cuadro verde y sillín, manillar y ruedas blancas.
Cliente: Perfecto. ¿Cuándo voy a recogerla?
Dueño de la tienda: No hace falta que venga. Nosotros se la llevamos.
Esta conversación la podría tener cualquier valenciano que llame a la tienda Serbicis de Valencia, que hace unos días ha puesto en marcha el servicio FixieACasa. En el, un cliente puede llamar para comprar su bici, personalizarla a su gusto y recibirla cómodamente en casa ya montada. El precio, a partir de 249 euros.