Por Techo DĆaz.- El Criterium de Dauphine tiene por costumbre regalarnos cada aƱo algĆŗn momento memorable de la temporada ciclista, una etapa de esas que se quedan grabadas a fuego en el corazĆ³n de todos los aficionados. El aƱo pasado fue Contador haciendo una remontada terrible para luego morir a manos del joven Talanski, y este aƱo otro de los grandes del pelotĆ³n, el siciliano Vincenzo Nibali, quien ha escrito su nombre con letras de oro en el Delfinato, pese a no ganar la etapa ni tener tampoco asegurada la victoria final en la general.
ImagĆnense la situaciĆ³n. Etapa de media montaƱa, dĆa lluvioso y carreteras alpinas. Seis puertos aunque sĆ³lo uno de primera, y 183 kilĆ³metros de recorrido. Y de repente Nibali, campeĆ³n de Italia y vigente ganador del Tour de Francia ataca a mĆ”s de 100 kilĆ³metros de meta. Y tras algunas escaramuzas se le unen Alejandro Valverde, Rui Costa, Tony Martin y su homĆ³nimo Gallopin.
Vaya cinco. Y eso a un centenar de kilĆ³metros de meta, antes de que llegasen las cĆ”maras de televisiĆ³n. El espĆritu FuenteDe, revivido en los Alpes franceses. Y claro, venga a meter tiempo. Froome desencajado, Van Garderen sin equipo y poca gente para tirar. Intxausti y Scarponi a lo suyo, guardando fuerzas, que para eso tienen a sus lĆderes por delante. Y la ventaja creciendo, hasta superar los tres minutos. Ciclismo del bueno, del antiguo, con los grandes lĆderes atacando desde muy muy lejos.
AtrĆ”s intentaba moverse Yates, tiraba Froome, pero ya nada podĆa evitar un desenlace de mundial. Martin cediĆ³ el primero, consciente de que no podrĆa ganar en alto con semejantes bestias, aunque la meta fuese “solo” un tercera. Luego lo intentĆ³ Gallopin, aventurero como siempre, y a punto estuvo de lograrlo. Pero el TiburĆ³n sacĆ³ su rabia acumulada, harto probablemente de escuchar que no habĆa hecho nada en 2015, y saliĆ³ como una bala hacia la meta.
Victoria, exhibiciĆ³n y liderato parecĆan cantados cuando de la nada apareciĆ³ el listĆsimo portuguĆ©s Rui Costa, el mejor corredor del mundo en junio, que este aƱo no ganarĆ” otra vez la Vuelta a Suiza pero esta dispuesto a brillar en Dauphine. Y como si de un mundial florentino se tratase le birlĆ³ la victoria al siciliano.
Una etapa para enmarcar. EspectƔculo puro donde tambiƩn Valverde estuvo brillante en su tercer puesto. Ahora la general estƔ en un puƱo y cualquiera puede hacerse con la victoria final. Ni siquiera Froome estƔ del todo descartado. Aunque el mƔximo favorito ya ha enseƱado los dientes. Y asusta.
No siempre el pico de forma de la Dauphine se mantiene luego en el Tour, pero desde luego algo ha dejado claro este gran etapĆ³n de media montaƱa. Si alguien pretendĆa enterrar al italiano se equivoca. Nibali estĆ” en plena forma y sediento de victorias. Pobre de aquel que sangre aunque solo sea una gota. El TiburĆ³n ha vuelto, y vamos a vivir un Tour escandalosamente competitivo. Llevamos un 2015 verdaderamente bonito. Que siga.