Por Techo Díaz.- Hubo un tiempo en el que el Campeonato de España de Ciclismo era una auténtica salvajada. No tanto en kilómetros (ahora es incluso más larga) sino en la forma en la que se corría. Era una prueba de 150 kilómetros contra el crono.
Hoy, si sumamos los kilómetros contra el crono de las tres grandes vueltas no llegan entre todas a esa cantidad. Y aunque es cierto que 2015 es un año especialmente malo para las cronos, lo de marcarse 150 kilómetros en solitario contra el reloj no es algo fácil de digerir. Ni para el corredor ni seguramente tampoco para los espectadores.
Y sin embargo así fue el Campeonato de España de 1930, el primero de los cuatro que ganó Mariano Cañardo, todavía hoy el ciclista que más veces ha ganado los nacionales. Según recoge Iván Vega García en su libro El primer campeón, aquel año los ciclistas tenían que recorrer 150 kilómetros en un trayecto de vuelta entre Barcelona y El Vendrell. Aquello era una competición de fondo en toda regla, y de hecho en los primeros controles Cañardo no marcaba el mejor tiempo. No fue hasta el punto kilométrico 75 (paso intermedio, claro) donde el catalán de Olite empezó a marcar los mejores registros. Al final, ganó el campeonato de España con una marca que superó las cuatro horas y media sobre la bicicleta.
En 1931 la distancia fue menor. «Solo» 100 kilómetros contra el crono. Eso sí, con la primera mitad picando para arriba, en un trayecto que salía de Madrid hacia la sierra y pasaba por San Sebastián de los Reyes y Buitrago antes de volver a la capital, en una segunda mitad descendente pensada para rodadores. De nuevo se impuso Mariano Cañardo, con siete minutos de ventaja sobre Antonio Escuriet, subcampeón y segundo clasificado. Es lo que tienen las cronos de 100 kilómetros, que al final marcan diferencias.
Fue un lapsus. En 1932 y 1933 se dejaron de mariconadas y volvieron a la crono de 150 kilómetros. La primera, en San Sebastián, la ganó Luciano Montero por delante de Mariano Cañardo. La segunda, en Barcelona, la ganó Mariano Cañardo por delante de Luciano Montero. En la edición catalana, eso sí, hubo críticas hacia el ganador de la tricolor, ya que había marcado peor tiempo en los 150 kilómetros contra el crono que el ganador del año anterior, disputado en tierras vascas.
El mismo sistema se empleó en 1934 y 1935, con victorias de Luciano Montero y Salvador Cardona, y en 1936, última victoria de Mariano Cañardo en un recorrido de 150 kilómetros contra el crono que atravesó casi entera la isla de Mallorca, saliendo y llegando a Palma tras atravesar Lluchmajor, Algaida, Montuiri, Villafranca, San Lorenzo y Artá, y volver por el mismo camino. Ahí es nada. Cronos de 150 kilómetros, con otras bicis y otras carreteras, para determinar el ganador del campeón de España. Hoy nos parece imposible, pero eran otros tiempos, otros héroes, y el premio, a buen seguro, valía sobradamente la pena.