Por Techo Díaz.- Correr a principios de marzo por Bélgica tiene su dificultad. Hace frío, a menudo llueve y el adoquinado tortura sin piedad los piernas de los más valientes. Sólo los tipos duros se atreven a correr estas clásicas que, además, están pensadas para especialistas.
Son ciclistas de otra pasta, como el holandés Niki Terpstra, que ayer alzó los brazos por delante de… 27 corredores.
No es que la carrera no tuviese tirón, ni mucho menos. Registró una notable participación, con 161 ciclistas en la línea de salida y equipos tan potentes como el BMC, Katusha, Ettix Quick-Step, Cofidis, los dos Lottos y la FDJ; y estrellas de la talla de Gilbert, Alaphilippe, De Gendt o el vencedor final Niki Terpstra. Es sólo que muchos no pudieron acabarla.
Resulta casi inédito en nuestros días que sólo 27 ciclistas crucen la línea final, pero la lluvia, el viento, el frío (tres grados) y los tramos de pavés hicieron estragos entre los corredores. Hasta 9 equipos no tuvieron ni un solo representante en la línea de meta y eso que había 25. Más de un emperador se ha llevado un susto por enviar a sus naves a luchar contra los elementos, así que seguro que algún director pensó aquello de que soldado que corre vale para otra batalla.
Rendirse no entraba sin embargo en los planes de Niki Terpstra, el duro corredor holandés que logró, rodando en solitario los últimos 11 kilómetros, una de las victorias más sufridas de su carrera. El primero de 28 campeones que dieron una muestra de coraje sin límites en el frío invierno valón. Unos auténticos cracks.
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