Por el Hombre de los Manguitos – Como corredor de maratones tengo una teoría sobre lo que nos mueve a los corredores a intentar emular a Flilipides que casi nadie ha llegado a objetar. Creo que el primer maratón que corre una persona lo hace por pura inconsciencia… porque le gusta correr y hacer un maratón parece un hito inalcanzable. Lo entrenas, sacrificas un montón de horas y días entrenando y al final, el día de la carrera sufres como nunca pero consigues el objetivo y llegas a la meta lleno de alegría… Luego vienen los dolores y las agujetas de los días posteriores a la carrera y un sentimiento de orgullo que te marca para siempre…
El segundo maratón ya lo corres por masoquismo… porque te acuerdas de lo mal que lo pasaste con el primero y aun así vas y repites… porque disfrutas sufriendo a pesar de que la sensación de euforia que viviste la primera vez que llegaste a la meta no la vas a recuperar nunca.
Hace poco hablé con Gonzalo, un amigo que está bastante ilusionado con la perspectiva de correr este año su tercer maratón. El caso de Gonzalo es digno de estudio… El cree que las agujetas le duran 8 años ya que corrió el primer maratón en 2000, el segundo en 2008 y este 2016 va a por el tercero… Como su teoría de las agujetas que duran 8 años no me convencía, entre bromas, le explique mi teoría y acabé con un “…lo que demuestra que yo, que llevo 6 maratones en 9 años tengo más capacidad de sufrimiento que tú… Vamos, que soy más masoquista que tú”… A lo que me contestó “llevo casi 30 años siendo socio del Atleti… supera eso…”
Por supuesto… Me quedé sin réplica posible…
Ser del Atlético de Madrid es estar abonado al sufrimiento. Es vivir cada domingo una lucha agónica que puede acabar mal en cualquier momento. Luchar contra enemigos superiores a ti a los que vencer con ingenio y alma y acabar a menudo con ese sentimiento de “jugar como nunca… perder como siempre…” que a cualquiera le haría desesperar… A cualquiera que no sea del Atleti porque alguien del Atleti sólo piensa en levantarse y volver a intentarlo… Porque si algo identifica al Atlético de Madrid es que da igual las veces que los tires al suelo… ellos van a levantarse una y otra vez tratando de demostrar que son más cansinos que la gravedad…. Si te caes 1000 veces tú te levantas 1001.
Y cuando la Gloria les sonríe la disfrutan como nadie… Y eso que, a pesar de tener un palmarés que ya quisieran muchos equipos, el Atlético de Madrid es más reconocido por sus amargas derrotas que por sus gloriosas victorias.
“¡Qué manera de palmar!” exclama Joaquín Sabina con admiración en su canción “Motivos de un sentimiento.”
Entre el misil de Schwarzenberger que se coló junto al poste derecho de la portería atlética y el cabezazo de Sergio Ramos que se coló por el mismo sitio pasaron 40 años… 40 años esperando que el destino les devuelva lo que les quitó en la final de la Copa de Europa de 1974 y va el destino y les devuelve a la tragedia de la derrota… ¿Tragedia? ¿Quién ha dicho tragedia? ¿Tristeza por la derrota? Sí… pero nada de tragedias, da igual si hay que esperar hasta el 2054… El Atlético de Madrid y sus aficionados estarán ahí otra vez esperando volver a intentar llegar a lo más alto soñando con que el destino esa vez, no importa cuando sea, les sonría.
El caso del Atlético de Madrid es paradigmático en el deporte… pero no es el único… Hay muchos deportistas que son más recordados por sus derrotas que por sus gloriosas victorias…
“La cagamos, Luis” o “Trata de arrancarlo, Carlos… por Dios…. Trata de arrancarlo…” ¿Quién no recuerda esas frases de Carlos Sainz y su copiloto tras perder de la forma más cruel el mundial de Rallyes? Da igual que Carlos Sainz haya ganado dos mundiales de Rallyes y un Dakkar… Carlos Sainz pasará a la historia por sus terribles y crueles derrotas en el último momento, cuando el destino le hizo burla en forma de avería mecánica o de pista deslizante que te saca de la carretera…
¿Y en el ciclismo? ¿Quién se está convirtiendo en el Atlético de Madrid del Ciclismo actual? Yo lo tengo claro y aunque suene paradójico es el actual campeón del Mundo… Peter Sagan.
A sus 26 años va por su octava temporada profesional. Tiene un palmarés nada despreciable, ganador de 4 etapas del Tour de Francia y de otras 4 en la Vuelta a España, además de haber ganado en varias ocasiones la clasificación de la regularidad del Tour y de haberse alzado con el último Mundial de ciclismo en ruta en Richmond en 2015.
Hasta aquí parece que estamos ante un gran ciclista, como así es… pero es que si tenemos en cuenta las 16 veces que ha quedado segundo en etapas del Tour de Francia estamos hablando de un tipo que podría tener un curriculum estratosférico… Sólo en 2015 quedó 5 veces segundo en el Tour… y se quedó sin victoria parcial… y sus derrotas, como las del Atleti, fueron de todos los colores…. Si hasta perdió un sprint que parecía imposible perder ante un corredor de otra época como Mark Cavendish.
Y es que 2015, a pesar de acabar con la merecida victoria en el Mundial de Richmond, no fue su año…. Llegó a la Vuelta a España… en forma, dispuesto a llevarse todas las etapas que pudiera… cazó una… y cuando iba a por la segunda un desafortunado accidente con una moto acabó con sus aspiraciones en la ronda española…
Llega 2016 y lo primero que hace es cosechar 5 segundos puestos más… el último en la clasificación general de la Tirreno Adriático por la distancia más corta y dolorosa que te puede privar de la Gloria en el ciclismo… por un mísero segundo…
Cómo será la cosa que el otro día vi en Wikipedia que le ponían como apodo Peter “Sagundo”.
Pero… a Peter eso le da igual…. Ha aprendido a convivir con la derrota dolorosa y se sobrepone a ella con facilidad… Cae al suelo pero él se levanta de nuevo y mañana lo volverá a intentar…. Y pasado…. Y al otro….Al final sus segundos puestos no le han matado, le han hecho más fuerte, mucho más fuerte…. Y saboreará las victorias con mucha más intensidad que si ganara siempre.
Y ¿qué es lo peor de todo esto? Que yo, que futbolísticamente siempre he sido (y soy) madridista y me he reido siempre de la sensación de que el Atleti era un “quiero y no puedo porque siempre tengo muy mala suerte” ahora siento admiración por un ciclista que se parece tanto en su relación con el éxito y la Gloria como el Atlético de Madrid…. Y peor aún…. Sufro cuando le veo llegar, una vez más, en segundo lugar a la meta.
Uno ya es muy viejo para cambiar de sentimientos futbolísticos pero ciclistamente hablando todos mis mejores deseos y mi ánimo para Peter Sagan. Estoy seguro (y puede que ahora esté hablando como si llevara casi 30 años de socio del Atlético de Madrid y defendiera sus opciones en la Champions League) de que no será este año, pero Peter Sagan en 2 o 3 años estará disputando la clasificación general de una de las grandes vueltas Giro, Tour o Vuelta… y también me temo que ocupará el segundo lugar en el podio.
Para los incrédulos ante esta afirmación… por favor, repasad el Tour 2015. Se pasó la primera semana de escudero de Contador en las duras etapas del pavés y aún tenía tiempo de buscarse la vida para meterse y disputar el sprint. Luego, cuando Contador empezó a flojear le dejaron via libre para que se buscara la vida y era raro el día que no pillara la escapada buena incluso en etapas en las que había varios puertos de primera y segunda categoría y no cazó ninguna etapa de milagro pero fue, con total merecimiento, el ganador de la clasificación de la regularidad.
También estoy seguro de que, en el improbable caso de que consiga aficionar a mi hija de 3 años al ciclismo en los próximos meses venga a preguntarme… “Papá…. ¿Y por qué somos de Peter Sagan?”
