Por un Señor de Toledo.- Cierto es que el Giro nos está haciendo esperar para degustar sus etapas más jugosas… Pero tranquilos que la espera merecerá la pena… Tras dos jornadas llanas, en las que la batalla por la general no encuentra su terreno, llega uno de los días importantes de la carrera. La etapa número 13 del Giro de Italia 2016, entre Palmanova y Cividale del Friuli, la que se disputa el viernes 20 de mayo, es uno de esos días que mirando el perfil, ya suenan las trompetas de guerra…
No es una jornada que termine en alto, tampoco son grandes colosos los puertos que se van a subir, pero cuidado que son cuatro cotas (dos de primera categoría y dos de segunda) con rampas realmente duras. Hay que tener especial atención a los últimos 40 kilómetros de etapa, en los que se encadenan dos subidas con sus respectivos descensos.

Según los datos que ofrece la organización, los corredores transitaron por las estribaciones de los Alpes por “carreteras estrechas con pendientes pronunciadas, incontables curvas tanto hacia arriba como hacia abajo”. Este terreno y la sucesión de puertos puede dejar sin gasolina a más de uno. Los ciclistas se enfrentarán a estas ascensiones:
- Dos puertos de primera categoría: Montemaggiore (8,3 km. al 9,3%) y Cima Porzus (8,8 km. al 8,2%).


- Dos puertos de segunda: Crai (8,8 km. al 6,2 %) y Valle (6,2 km. al 7,8%).


Tras la última subida a Valle, hay un descenso rápido y una zona plana que suman 14 km hasta la línea de meta. ¿Un día para una emboscada…? Como ya he dicho, no son grandes colosos, la etapa no finaliza en alto, pero las fuertes pendientes que hay en las subidas del día y la disposición de los últimos 40 kilómetros, dan para liarla… Os recomiendo no perderos esta etapa.