Por Almudena S. Agúndez – Desde Suiza nos llega la historia de Javier Fernández de Alegría, Antoni Rosiñol, Javier Bilbao, Nicolás Callejo y Ángel Romero. Allí, este grupo de amigos ha fundado Velohub, un start-up de estudiantes españoles que trabaja para integrar completamente las bicicletas al tráfico urbano.
Todos ellos son ciclistas, convencidos de que el ciclismo es una actividad clave para un modelo de transporte sostenible y equilibrado, pero cuando se mueven en la ciudad experimentan las situaciones que hacen vulnerable al ciclista, como no tener la capacidad de indicar sus intenciones cuando cambian de dirección o cuando frenan, con la misma facilidad que el resto de vehículos.
Así, con el objetivo de que los ciclistas sean vistos y entendidos por cualquier vehículo en todas las situaciones y desde cualquier ángulo de la carretera, han lanzado su primer producto: Blinkers. Se trata de un set de productos compuesto por unos intermitentes delanteros y unos intermitentes traseros que indican la dirección del giro hace un lado y hacia el otro.
El intermitente trasero tiene una luz roja de frenado, y además hay dos líneas láser que se proyectan en el suelo creando un perímetro de seguridad alrededor del ciclista para que los otros vehículos puedan saber qué distancia tienen que respetar para que el ciclista esté seguro. Todo se controla por un mando en el manillar fácilmente alcanzable por el dedo.
El dispositivo está diseñado pensando en su funcionalidad, ya que se puede portar y recargar cómodamente. De este modo, este grupo de emprendedores de entre 21 y 23 años, pone la tecnología y el diseño al servicio del ciclismo para llevarlo al siguiente nivel.
Desde el 23 de mayo tienen en marcha una campaña de crowdfunding de Kickstarter para que todo el mundo pueda participar en la financiación de la producción de los Blinkers comprando anticipadamente el producto.
Esperamos que estos jóvenes, emprendedores, amigos y que dedican su genialidad al ámbito del ciclismo cuenten con el apoyo para seguir innovando en este campo.
¡Toda la suerte del mundo!