Por Techo Díaz.- El ciclismo es un deporte de equipo. Aunque sólo uno cruce la meta en primer lugar y solo uno se suba al podio de Paris, la labor de todo el grupo es tremendamente importante. Es incluso definitiva. Chris Froome no sería el favorito si no corriese en el Sky, y Nairo Quintana no tendría tantas opciones si Movistar hubiese presentado un equipo más flojo. Por eso, y no sólo por las caídas, Alberto Contador lo tiene tan difícil este año.
El Tinkoff es, como leía ayer en Twitter, algo parecido al Grupo Mixto. Ciclistas que visten la misma camiseta pero que luchan cada uno por lo suyo. Y para muestra, esta foto de la etapa de ayer. Roman Kreuziger, teórico escudero de Contador, mira hacia atrás, pero no espera a Alberto Contador.
La foto, recogida por el tuitero @unamarbel, no puede ser más gráfica. Roman Kreuziger prefiere quedarse con el grupo de favoritos antes que echar una mano a su jefe de filas. Con la imagen no hay margen de error, podrán decir que el pinganillo no se oía o que se estropeó, pero los ojos no engañan. El checo vio perfectamente a Contador y no le esperó.
Imagino que sus razones tendrá para ello. Igual es ahora el jefe de filas de Tinkoff, el hombre fuerte para la general. Pero si es así deberían comunicarlo. En la nota de prensa que ayer remitió el Tinkoff a los medios de comunicación solo se habla del tercer puesto de Majka en la etapa (vendido como si fuese una gran hazaña) y de que Contador sigue recuperándose de las heridas. Ni una sola mención a Kreuziger.
Así que sí, esto es lo que parece. Un cúmulo de despropósitos. Lo que viene siendo una muerte indigna. Majka a su bola, Kreuziger peleando por el séptimo puesto de la general, Sagan feliz, pero también solo en los sprints, y Contador más solo que la luna. Vale que Tinkoff vaya a desaparecer y que cada cuál tiene que buscarse sus habichuelas, pero correr por separado no sí si es la mejor opción para encontrar gente que confíe en ti en años venideros.
