Por un Señor de Toledo.- La novena etapa del Tour de Francia 2016, disputada ayer y con final en Andorra Arcalis, pasará a la historia el ciclismo y no lo hará porque viéramos un auténtico recital para parte de alguno de los corredores, o porque alguien diera un vuelco espectacular a la clasificación general.
Pasará a la historia primero y lamentablemente para nosotros, porque el mejor ciclista de la última década, Alberto Contador tuvo que retirarse de un Tour al que venía con buenas expectativas. Y segundo, sobre todo, por la épica y la batalla a la que todos los corredores tuvieron que hacer frente en la parte final de la etapa, en la última subida del día a Andorra Aracalis, donde se desató un tormenta de épicas dimensiones…
La lluvia casi torrencial y granizo del tamaño de canicas descargaron sobre los ciclistas que, en contraposición, en la primera parte de la etapa de enfrentaron a un calor infernal y temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados… Con tales condiciones, la épica del ciclismo estaba servida… Un holandés –Tom Dumoulin– culminaba la escapada del día llegando a la meta bajo la tempestad y en solitario; el líder del Tour y los aspirantes en la clasificación general –salvo uno de ellos- sucedían sus ataques entre la oscuridad, la lluvia y el granizo… Así hasta la línea de meta… Grandioso ejemplo de lucha, pundonor, sacrificio y esfuerzo… ¡Magnífico ejemplo de los es el CICLISMO!
Chapó por todos los corredores, chapó por el ciclismo y enhorabuena a los que amamos y defendemos este deporte… Lo de ayer es un argumento más para explicar porque nos chifla este deporte.
El toque de humor, o el apunte gracioso de la jornada, que también lo hubo, corrió a cargo del corredor colombiano del IAM, Jarlison Pantano, quien para librarse en la medida de lo posible de los impactos del granizo decidió hacer los últimos metros de la etapa protegido por un paraguas… Una imagen de lo más curiosa.