Por El Aguador – Hace unos días tuvimos la oportunidad de acudir a la Vuelta a España con Tissot, cronometrador oficial de la carrera para, al margen de disfrutar del etapón de Lagos de Covadonga, conocer los entresijos de la medición de tiempos en carrera.
Lo primero en lo que nos hicieron caer es que, a diferencia de otros deportes que se celebran en un circuito, una pista o un estadio, un evento como la Vuelta a España tiene un escenario de más de 3.300 kilómetros dividido en 21 etapas que se suceden una detrás de otra. Esto supone que es necesario montar y desmontar las estructuras día tras día y que éstas vuelvan a funcionar perfectamente en cada etapa.
Son necesarios por tanto dos equipos, uno para la salida y otra para la llegada que trabajen en perfecta coreografía para tener todo listo en cada momento. Infraestructura a la que hay que sumar los pasos intermedios en las cronos, uno o dos dependiendo de la distancia de la misma. Sobre las cronos además hay que puntualizar que el tiempo de salida del corredor se toma cuando el juez da la salida al corredor, algo que – y esto lo añado yo- sería mejorable en aras de la precisión de una prueba que precisamente trata de luchar contra el reloj.
Cada uno de los ciclistas lleva un transponder en su bicicleta que registra su paso por salida y meta (bueno, a 3 kilómetros por si hay caídas), zona en la que además están colocadas las cámaras de alta velocidad que proporcionan la preciada foto finish en el caso de llegadas muy ajustadas. Nada más y nada menos que 1000 fotogramas por segundo captan estas cámaras, que son capaces de diseccionar cualquier sprint y dar los tiempos precisos de cada corredor. Eso sí, todo va a los jueces antes de ser público, de manera que son éstos quienes tienen que verificar los tiempos.
(Por cierto, alguna vez nos preguntáis por los tiempos en vivo que salen en las retransmisiones con distancias entre uno y otro corredor, y esas no son medición oficial, sino que se toman con los GPS de las motos que van con los distintos grupos o corredores.)
Tissot tiene una larga tradición en el ciclismo, y este año, además de convertirse en cronometrador oficial de la carrera, también ha vuelto al cronometraje del Tour de Francia, donde ya estuvo en el periodo de 1988 a 1992. Además de estas dos grandes carreras, Tissot también participa en otras grandes carreras de ASO como Paris-Niza, Paris Roubaix, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja o el Criterium du Dauphiné. También desde 1995 cronometra además los mundiales de ciclismo gracias a su acuerdo con la Unión Ciclista Internacional.
