Por Techo Díaz.- David Arroyo no será director deportivo en 2017. Ni siquiera será, como Purito, parte del «staff técnico» de ningún equipo. Y quizás tampoco en 2018, ya que se ve fuerte aún, con ganas e ilusiones de seguir dando pedales. Pero,a pesar de su reciente renovación con Caja Rural, el talaverano es de los que empiezan a ver la luz al final del camino. De los que empiezan a mirar a la cara a esa palabra tan temida por cualquier profesional del deporte, ésa a la que llamamos retirada.
Quizás por eso, el ciclista, que estuvo a punto de ganar el Giro de Italia en el año 2010, es uno de los 44 alumnos que la pasada semana terminaron en la Universidad Europea de Madrid el Curso de Directores Deportivos de Ciclismo de máximo nivel que organiza la Real Federación Española de Ciclismo. El curso, al que acudieron también otros ciclistas como Vicente Reynés o Francisco José Pacheco Torres, es la puerta de entrada para poder entrenar ciclistas de alto rendimiento.
Durante dos semanas, de manera intensiva, los ahora estudiantes reciben formación sobre conceptos tan variados como biomecánica, legislación deportiva, marketing, redes sociales, fisiología, nutrición deportiva, BTT y ciclismo en ruta, en pista o adaptado. Todo un cúmulo de conocimientos necesarios para afrontar la ardua tarea de dirigir un equipo de ciclismo.
«Con los años te empiezas a dar cuenta de que esto tiene fecha de caducidad», explica David Arroyo al Tío del Mazo, que se acercó en un receso del curso a hablar con el ciclista de Talavera. «Sacar el título de director deportivo es una garantía para el día de mañana. El saber no ocupa lugar, así que de momento vamos a formarnos y luego ya veremos», añade.
Mal no parece venirle el puesto, ya que, en cierta medida, el ciclista ejerce de «capitán» en las filas del Caja Rural, transmitiendo su experiencia a los más jóvenes que van integrando el equipo. «Me gusta estar con la gente joven, inculcarlos y enseñarlos», dice, aunque aclara que a día de hoy no se ve «detrás de un volante». «Ser director deportivo es duro. Empalmas una carrera con otra, tienes que rehacer el calendario en cada momento… es un día a día complicado», señala.
SELECCIÓN ESPAÑOLA
En cuanto a los retos que le quedan por cumplir como ciclista, David Arroyo aseguró que una de las cosas que más ilusión le hacen es vestir algún día los colores de la selección española. A pesar de su segundo puesto en el Giro o sus victorias en la Vuelta a España, Urkiola o la Volta a Catalunya el talaverano nunca ha sido convocado por la selección. «Sí que he estado con las categorías sub-23, pero nunca como profesional y es algo que me haría ilusión antes de retirarme», confiesa.
Arroyo ha corrido 6 veces el Tour, 4 el Giro y 7 la Vuelta a España, y sabe que los puertos son diferentes en función de las circunstancias de carrera, pero no duda en señalar el Angliru como uno de los más duros del mundo. «Es un puerto que al final se hace bastante largo, y es que lo más duro está al final», explica. «Otros puertos como Zoncolan o Mortirolo son duros, pero se hacen más llevaderos», añade.
«Mi carrera favorita es el Giro de Italia. Tiene un encanto especial. Tal vez sea por la gente, por la orografía, pero los 21 días tienes siempre algo, y eso le hace la carrera más bonita», dice sobre una prueba sobre la que, es consciente, su equipo lo tiene muy difícil para entrar. «Habiendo 4 invitaciones, equipos italianos y otros que pujan muy fuerte será muy complicado», afirma.
Respecto a sus favoritos para la temporada 2017, no vacila a la hora de nombrar a Chris Froome y a Nairo Quintana como los grandes y casi únicos favoritos para ganar el Tour. «Luego si abres más el abanico puedes meter a Nibali, a Alberto, a Alejandro, a Chaves… pero a día de hoy a es está haciendo un club muy muy selecto y muy pocos pueden aspirar a ganar una grande«.
«El Bahrein Merida ha fichado corredores muy buenos y tanto Nibali como Izagirre tendrán a su servicio un equipo bastante competitivo, pero cuando sales de nuevo arrancar siempre es difícil. Nibali igual echa de menos a un Scarponi o un Fulgsang, gente de su confianza. Lo lógico es que le queden dos o tres años para estar en la élite y luego la naturaleza hará que vaya bajando. Aunque es un corredor al que admiro, en cada carrera que va tiene ese temperamento, como Alberto, que les hace luchar desde salida», dice respecto al nuevo equipo de Oriente Medio.
Respecto a la longevidad de algunos corredores, Arroyo la atribuye a la nueva manera de correr. «Ya no se hacen 120 días de competición como antes, sino 90 o incluso menos». «Los métodos de entrenamiento han cambiado mucho y ahora se conoce más a los corredores y está todo mucho más medido». «Octubre y noviembre son los meses más tranquilos. En octubre puedes irte de vacaciones, en noviembre ya se empieza a hacer deporte continuo todos los días y ya en diciembre te metes de pleno», cuenta sobre los «meses tranquilos» de un ciclista.
El ciclista de Caja Rural.-Seguros RGA sigue entrenando por su ciudad natal, Talavera de la Reina. Allí, afirma «hay carreteras de todo, esfuerzo, repecho o plano, y hay buen clima». Una de sus rutas favoritas es la que llega al Alto del Piélago, «el gigante de Toledo», una cima que nunca se ha subido en la Vuelta a España y que, por supuesto, le gustaría que afrontase la carrera que dirige Guillén. Aunque para la Vuelta, aclara, serían más espectaculares aún alguna de las carreteras de Gredos, uno de los macizos más olvidados por la ronda ciclista.
Ojalá sea cierto y podamos verlo pronto. Tanto alguna de esas carreteras como la penúltima hazaña de uno de los mejores ciclistas de los últimos años, un deportista con enorme corazón y mejor cabeza que, si se lo propone, seguro que llegará a ser un gran director deportivo. Al menos, eso sí puedo decirlo con rotundidad, fue un placer hablar con él sobre ciclismo. Sería bueno tenerlo por aquí muchos más años rondando.