Por un Señor de Toledo.- Muchas imágenes que pasan por delante de nuestros ojos al día las desechamos pero hay algunas que logran que nos detengamos para observarlas con más detenimiento… Es el caso de esta instantánea, que sin saber muy bien que es lo que esconde de distinto, de especial, de genuino, hace detenerte en ella y profundizar en conocer, el qué, el cómo, el porqué de ese momento…
Dos mujeres y dos bicicletas como protagonistas, un entorno destartalado sin nada de especial y con más bien poco atractivo rodea a estas dos mujeres musulmanas, aparentemente por su vestimenta, de generaciones distintas y con una botella y un vaso de agua… De las bicicletas poco que destacar: con algunos años, de poco valor, de las llamadas MTB y muy rudimentarias… Detrás, en aquello que no se puede ver en la foto, en la realidad que trasciende a este pequeño marco, una gran historia… Una de esas en la que las heroínas no llevan capa, ni antifaz, ni tienen súper poderes; lo que tienen es la grandeza de una voluntad inquebrantable y la firme convicción de una causa que defender.
Se trata de una publicación del New York Times, no es reciente, es del 2 de marzo de 2016 y es un relato sobre la libertad de la mujer, sobre cómo montar en bicicleta se convierte en un símbolo de libertad y de rebeldía contra aquellos que viven en su ciudad, en la Franja de Gaza junto a ellas y que son sus maridos, sus padres, sus hermanos… Y éstos se mueven bajo el pensamiento de que “nuestras mujeres deben obedecer a sus maridos y preparar sus alimentos en casa, no imitar a los hombres al montar en bicicletas en las calles”.
Amna Suleiman y su amiga Asala son las primeras mujeres que han montado en bicicleta y pedaleado en público en la Franja de Gaza y que cada vez que lo hacen, se rebelan contra una norma no escrita, tan injusta como arbitraria, que prohíbe a las mujeres montar en bicicleta.
En el magnífico relato que nos hace el diario neoyorquino, nos cuenta magistralmente lo que supone en aquella tierra, en la franja de Gaza, que las mujeres monten en bicicleta y cómo Amna Suleiman de 33 años de edad, actúa como líder del pequeño club ciclista femenino que lucha y reivindica algo tan natural y sencillo en países como el nuestro y tan complicado y arriesgado en otros, como es montar en bicicleta.
[adrotate banner=”15″]Bravo por Amna Suleiman, por Asala y por el pequeño grupo de mujeres que con sus bicicletas como arma, desafían a los que ponen coto a su libertad y hacen de montar en bicicleta un verdadero alegato por la igualdad; al fin y al cabo por la dignidad de las mujeres y la defensa de sus derechos.
Si tenéis un ratito más, recomendamos leer íntegra esta historiay conocer un poco más cómo son y cuál es la realidad a la que se enfrentan estas auténticas heroínas con sus bicicletas como mejores alidadas.