Por Techo Díaz.- Hoy en día se registra todo, se mide todo y se cuenta todo. Por eso nos enteramos de cosas que antes pasaban desapercibidas en una carrera como por ejemplo la Vuelta a Suiza, muy competitiva pero sin el brillo mediático de otras grandes como la Dauphiné, la Volta o la Paris-Niza. Da lo mismo. En ella, los ciclistas se juegan la vida en los descensos aunque ni siquiera tengan opciones serias de ganar la etapa.
Pero es que son así. De otra pasta, medio locos, locos por completo. Llámalos como quieras que mientras no los definas como personas mentalmente equilibradas habrás acertado plenamente. Porque a un “normal” no se le ocurre bajar a 130 kilómetros por hora en una bici de carretera por un puerto suizo de montaña.
Al que sí que se lo ocurrió, según registra la conocida app Strava, es a Marcus Burghardt, compañero de Sagan en el Bora Hansgrohe. O a ciclistas como Ben King o Mike Teunissen, que rondaron todos los 130 kilómetros por hora en el descenso del Simplon Pass. Auténticos devoradores de Koms – esto es, el récord de velocidad en algún tramo de la calzada- que no dudan en comentarlo en redes sociales. Burghardt por ejemplo, dice que con 126 kilómetros por hora se quedó cerca de batir su récord de velocidad, no que lo batiese.
126 kph downhill the Simplon Pass today getting close to my last speed record @Strava @GoZwift @iamspecialized @BORAhansgrohe @freie_presse pic.twitter.com/Bv7iMa1Bxe
— Marcus Burghardt (@MBurghardt83) 14 de junio de 2017
Auténticos chalados que a buen seguro, si la conociesen, les encantaría tener alguna prenda de nuestra gama ComeKoms, inspirada, con un toque de humor ochentero, en esa gente que no deja de acumular récords.
Aunque, como dirían en el Hormiguero, nosotros recomendamos “no hacer en casa” esos descensos.Algo así venía a decir el renacido Philippe Gilbert en su cuenta de Instagram, con un toque de veteranía. “Imagino que bajar a 120 km/h sin ningún tipo de conducción debe ser cómo conducir en un coche a 350 kms/h, no?”
Razón no le falta. Nos dejamos impresionar por los impactantes datos de Fórmula 1 o motorismo, donde los reflejos y la visión de los conductores son ciertamente impresionantes, pero tampoco está nada mal lo que hacen estos muchachos. Pelos de escarpia.