El sábado 22 de julio se celebra la penúltima etapa del Tour de Francia 2017, una contrarreloj con salida y llegada en Marsella de 22,5 kilómetros y con un perfil eminentemente llano. Eso sí, en el recorrido se encontrarán los ciclistas con una corta subida a Notre-Dame de la Garde en el kilómetro 15,6. Serán 1,3 kilómetros aproximadamente, al 9%. Lo suficiente para cortar el ritmo “llaneador”, al que tampoco ayudará el callejeo. Afortunadamente no parece que vaya a llover, que ya sabemos lo que sucede en las ciudades cuando llueve y los resbalones que eso conlleva (trágico recuerdo de Dusseldorf)
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El último en tomar la salida será Chris Froome a las 17:04, y su llegada al velódromo Orange, está prevista a las 17:32.
Desde luego que en una contrarreloj después de 19 etapas y con miles de kilómetros en las piernas, más importante que la técnica será la fuerza y la moral con la que llegue cada uno, pero a priori entre los favoritos es Froome el que lleva las de ganar. De hecho, ya en la crono inaugural del Tour, Froome les colocó unos cuantos segundos al resto de favoritos.