Sor, Marengo y Trujillo_ podium de la general Vuelta a Tenerife
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Si La Vuelta no va a Tenerife, Tenerife organiza su propia vuelta

Por Luis Gregoris Gómez – Mientras la Vuelta a España atravesaba las montañas andaluzas, se disputó la Vuelta a Tenerife los tres primeros días de septiembre. De esta manera, la mayor de las islas canarias se consuela anualmente del desamparo que le ofrece la ronda nacional desde 1988, última vez que recorrió el territorio insular. Fue como salida de aquella edición, la cual todavía se celebraba en primavera, antes incluso del Giro. Se han dado infructuosamente gestiones para que ese momento se repitiese. Sin embargo, tampoco parece que vaya a producirse en próximas vueltas como inicio (en 2018 saldrá de Málaga y en sucesivos años se habla de otros lugares ya cuasidecididos) o, más difícilmente, como final (con la tradición ya instaurada en Madrid, salvo contadas excepciones). El esfuerzo logístico de llevar todo el circo ciclista a Canarias debería ejercerse mediante dos jornadas de descanso muy próximas entre sí, poco viable… El final soñado sería que la carrera acabase junto a El Teide, y que en las estribaciones de la montaña que significa el punto más alto de España se coronase a los elegidos por encima de un mar de nubes. Tal y como quedarían revestidos los triunfadores en el Olimpo como semidioses.

No obstante, en el ciclismo, como en el amor, las relaciones platónicas se ven perturbadas e impedidas por factores bastante más mundanos…

A nivel profesional internacional, Tenerife sólo queda como destino de preparación para los corredores durante invierno, aprovechando sus benévolas condiciones no sólo climatológicas, sino en cuanto a desniveles montañosos. Alberto Contador, ya una de las leyendas del ciclismo hispano y todavía el gran agitador de las carreteras cuando el asfalto mira hacia el cielo, ha sido un asiduo de los stages en el sur de la isla. Lamentablemente, ya no podrá ser visto por estos lares enfundado en su maillot en ninguna Vuelta. En la otra vuelta, la de Tenerife, los participantes estaban tan centrados en su propia experiencia personal, que habían dejado de lado su afición como espectadores de las vacas sagradas. Preguntaban, desconectados, por cómo había quedado la última etapa y su repercusión en la general, siendo el relato el mismo: Contador fue el único que realizó un ataque valiente, pero el Rafal Majka o Miguel Ángel López de turno le habían arrebatado la tostada de la victoria parcial, al tiempo que en la general daba mordisquitos para remontar la pájara de Andorra, aunque sin la trascendencia de inquietar a Froome, con el que entraba pegado o incluso picándosele algún segundo más en su contra.

Sor, Marengo y Trujillo_ podium de la general Vuelta a Tenerife
Sor, Marengo y Trujillo, podium de la general

Tenerife es una pirámide apta para fortalecer el cuerpo en montaña, oxigenándolo para lo que está por venir durante la temporada. No sólo es de consideración las larguísimas ascensiones a las Cañadas de El Teide desde los cuatro puntos cardinales, sino que también son muy apreciables los picos de la Sierra de Anaga y del Parque Natural de Teno, que presentan unas posibilidades para la práctica del ciclismo a la altura de su majestuosa belleza. Toda esta dureza fue evitada por la organización de la Vuelta a Tenerife, en cuya ruta de esta sexuagésimosegunda edición no estaba prevista. Incluso, el desnivel de las cañadas se hacía bajando por la vertiente sur. Las otras dos etapas en línea transitaban la costa norte paralelas a la autovía y se completaron con un sector de una contrarreloj por equipos de 6 kilómetros en torno a Tejina. Por otro lado, como suele ocurrir en ciclismo, la exigencia no vino dada por el recorrido tanto como por el ritmo impuesto por los corredores. Baste indicar como datos que ya en la primera etapa quedó un sensible número de participantes fuera de control (de los 86 que iniciaron la Vuelta acabaron 65), así como otros tantos magullados por las caídas aparecían al día siguiente con los correspondientes apósitos en el cuerpo y cara de sentir algo más que respeto por la etapa en ciernes.

No vimos en Tenerife a Chris Froome intentando quitarse la espinita con la Vuelta, ni a Contador batallando en un terreno que le es tan conocido en su despedida del profesionalismo, ni a otros grandes que brillaron en el Tour y que vienen a disputar la ronda española para formar parte del mayor espectáculo que se vive dentro de las tres grandes. Por eso, no sólo los que coparon los puestos de privilegio de la Vuelta a Tenerife, sino también cada uno de los que tomaron parte en ella, merecen ser destacados. Por intentar saciar el hambre de ciclismo que existe en la isla, el cual tampoco queda cubierto con las escasas competiciones que hay en el calendario del archipiélago (muchos de los corredores canarios que disputaron la carrera tinerfeña, de hecho, dieron con ella por concluida la temporada). El rubio que se llevó aquí la general fue el noruego Erlend Sor, en las filas del Sky de turno, el madrileño Escribano Sport Team, que se llevó la general por equipos delante del Gallina Colossio Eurofeed y de El Pelotón Tenerife (sí, el de los retratos de ciclistas ilustres en la fachada de su local social, y cuya explicación dimos en este post). A 6 segundos del escandinavo quedó el Nibali o Aru de la competición, el también italiano Umberto Marengo, quien también se hizo con la victoria de la última etapa, finalizada en La Laguna, y de la regularidad. El podium de la general se completó con el Contador tinerfeño Adrián Trujillo, a 25 segundos, enrolado en el conjunto valenciano Gsport. Lógicamente, también se enfundó el jersei de mejor canario, aunque echó de menos “más dureza en el recorrido, dadas mis condiciones”, tal y como declaró al acabar la Vuelta. Las clasificaciones de la Montaña y de las Metas Volantes viajaron a Francia por mediación de Sebastien Fournet. Y en los Sprints Especiales quedaron empatados a puntos Esteban Cardona y Jesús Nanclares, vencedor del primer sector, entre El Sauzal y Tegueste.

Estuvo caro ir con los de delante.
Estuvo caro ir con los de delante.

En un mundo que no recuerda y que casi únicamente destaca a los vencedores, hay que significar el hueco que se le hizo en el pódium a Riccardo Brindelli, el más ovacionado de la entrega de trofeos. El ciclista italiano cayó en un barranco en la Vuelta a Tenerife 2016. Tuvo que ser rescatado y se pasó casi dos meses en el hospital, donde fue varias veces intervenido antes de regresar a su país. La personalidad de un colectivo muchas veces se comprueba con detalles como éste, quedando demostrado que Tenerife bien vale una Vuelta…

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