Por El Aguador – Los mejores inventos muchas veces son los más sencillos. ¿Quién diría que alguien podría ganar unos buenos dineros poniéndole un palo a un caramelo? Pues el caso es que a nadie se le ocurrió antes de 1958, cuando lo hizo Enric Bernat. Lo demás es historia.
No creo yo que esto que os contamos hoy vaya a tener tanto éxito, pero vaya usted a saber… Por si acaso lo traemos aquí, solo para poder dentro de unos años hacer una referencia a nuestro propio post y escribir algo como “Ya lo dijimos en octubre de 2017…”. El asunto es la ocurrencia de un alemán radicado en Friburgo, Thomas Schmidt, de un instrumento para mojarse menos cuando va en bici (probablemente harto de calarse porque parece que allí llueve bastante).
La idea es sencilla, poner una especie de paraguas en la parte delantera de la bicicleta. Pensaréis que si pones un paraguas en la parte delantera de la bicicleta, es bastante probable que no veas nada y aún más probable que te pegues un buen piñazo. Y es cierto, y para eso, la “Bici-Paraguas” (Bike-Umbrella es su nombre “original”) incorpora un hueco por el que sacar la cabeza, un hueco en el que se lleva una capucha que se ajusta oportunamente a la cabeza. El resultado es que el ciclista parece una especie de brote verde sobre un manto oscuro, y que la movilidad dudo yo que sea mucha, algo que siempre va bien cuando vas montando en bici.
El Bici-Paraguas además se lleva en un soporte que se acopla a la bicicleta y que se recoge (¿cómodamente?) los días que no llueve.
Todavía no se puede comprar, porque está en fase de búsqueda de financiación en Kickstarter. Los creadores están buscando 25.000 euros para llevar la idea adelante y ahora mismo han recaudado ya 5.920.