Por un Señor de Toledo.- Este fin de semana en el que hemos podido disfrutar de la última de las grandes carreras del calendario ciclista internacional y el último de los cinco monumentos del ciclismo, el Giro de Lombardía. Y es precisamente en esta carrera, viendo el desarrollo de la etapa, con unas palomitas de por medio y sofá y mantita mediante, cuando decidí escribir este post claro y categórico que ahora puedes leer.
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En esos momentos de disfrute de ciclismo, un escalofrío recorrió mi cuerpo de repente al ver al joven ciclista belga de 22 años del Etixx-Quick Step, Laurens De Plus precipitarse con su bicicleta por un barranco sin saber muy bien dónde estaba el fondo del barranco, o dónde había caído el ciclista concretamente… Las imágenes eran escalofriantes y el desasosiego muy grande también, porque cualquier cosa podía haber sucedido con el jovencísimo ciclista.
Pasaba el tiempo y vimos nuevamente las imágenes de la caída repetidas, la sensación era igual o peor que al principio y no fue hasta pasados unos minutos eternos cuando pudimos saber, a través del equipo Etixx-Quick Step, que anunció en su cuenta de Twitter, que el ciclista estaba consciente, que iba de camino al hospital, pero que no tenía heridas serias que hicieran temer por su vida…
https://www.youtube.com/watch?v=SMzbZngsdTM
Respiramos con alivio los que seguíamos la carrera y en mi mente se centró una idea muy clara y es que: a parte del esfuerzo y sobresfuerzo al que los ciclistas llevan su cuerpo, las panzadas a pedalear en condiciones climáticas distintas y muchas veces adversas, las horas y horas de entrenamiento; a parte de todo esto el ciclista se juega la vida como había visto pocos minutos antes… El ciclista literalmente se la juega en esas bajadas vertiginosas y al límite y sino que se pregunten a De Plus.
Con respeto al resto de deportes, con la ignorancia de no conocer disciplinas que seguramente son sobrehumanas y arrimando el ascua a mi sardina… Tengo que decir que el ciclismo es el deporte más duro del mundo y De Plus y otros muchos, que han sufrido caídas espeluznantes, me vienen a dar la razón… mi razón, claro está.