Por un Señor de Toledo.- Mucho se ha dicho acerca de la victoria de Alejandro Valverde en el mundial de Innsbruck. La victoria más que merecida del ciclista español, la dureza del recorrido y la batalla de desgaste que supusieron las terribles rampas de Innsbruck, la gran actuación de la selección española que esta vez sí que actuó como un verdadero equipo…
Grande la victoria del ciclista que más merecía hacerse con un mundial y sin duda también fue muy grande el trabajo de los corredores de la selección española, atentos a todos los cortes, secando los ataques que se sucedían en la parte final y resguardando a la ‘bala’ que los españoles tenían la recámara, Alejandro Valverde.
Hay otro detalle y que ha paso más o menos inadvertido, pero que da idea de la unión y del interés que había en los ciclistas españoles para ver el desenlace final del mundial. Y es que, según comentaba este mismo fin de semana Javier Ares, en la retransmisión de Eurosport del Giro de Lombardía, dos de los ciclistas españoles que aún quedaban en carrera para la disputa de la última vuelta, Omar Fraile y Enric Mas no quisieron esperar a ver el desenlace de la carrera en diferido.
Una vez que quedaron descolgados del grupo delantero, y ya no tenían opciones de entrar para trabajar; con Izaguirre y Nieve por delante y Alejandro Valverde metido en el corte definitivo de la carrera, no pudieron reprimir las ganas de ver el desenlace final y se bajaron de la bicicleta para ver en directo los últimos kilómetros, la grandísima victoria que al final se consumó del líder del equipo español, de Alejandro Valverde, que era también una victoria de toda la selección, la guinda al trabajo de todo el equipo en la carrera.
El objetivo se había conseguido y la victoria de Alejandro era también el triunfo del magnífico trabajo de toda la selección.